Bea Gomariz no para quieta, no sabe. Va y viene. Sonríe y ríe. Vive rodeada de vestidos de Primera Comunión «y estos que ves ya son los últimos pedidos pues estamos ya en la recta final, pronto se celebrarán y ya están todos servidos… De hecho, hoy ya estuve hablando con los proveedores de telas para la temporada 2019, hay que empezar a trabajar en ella».
- ¿Dejan espacio para la creatividad los vestidos de primera comunión de niñas (de niños no hace)?
- Siempre hay espacio para la creatividad, pero estos vestidos son muy dados a ello, disfruto muchísimo diseñándolos.
- ¿Pero se le hará difícil a la gente verte ahora después de aquella aventura que llamaste deputaaputataconazo, de diseño de provocativas camisetas y otras prendas íntimas?
- Es bueno ser rebelde, es necesario, y yo lo fui, pero tiene su tiempo.
- Llegaste a estar muy presente en la tele: series famosas, presentadoras conocidas con tus vestidos ¿Cómo se llega a la tele?
- Sinceramente, mintiendo mucho. Todo era una locura, llegué a pensar que Dios me estaba poniendo a prueba. Llamaba por teléfono y decía que tenía una caja para entregar a los estilistas para dar con ellos... moviéndose mucho y jugándomela bastante pero la verdad es que no me moví de León.
Ha vuelto a sus orígenes, al taller de sus padres, en el que también hacía las ‘puticamisetas’ pues «nunca salí de Pinilla, a estudiar sí, en Madrid, pero trabajé siempre aquí, en este mismo taller». A base de teléfono, de correo electrónico, camisetas que van y vuelven… El mismo entusiasmo en aquella locura con el que ahora te enseña detalles de vestidos que marcan la diferencia, que desvelan su firma invisible, su mano, su inquietud, su mundo…
El de Bea Gomariz. La que hay.
Los personajes del tío Ful: Bea Gomariz, diseñadora
Es la definición de la inquietud. Fue la imagen de la rebeldía, regresó a sus raíces, al taller familiar de vestidos de primera comunión y allí vuelca ahora su imaginación desbordante
03/03/2018
Actualizado a
16/09/2019

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