Los niños sabios de León

León recibió como héroes a los ganadores de Cesta y Puntos de TVE

Fulgencio Fernández
02/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Aquel León de repetir alineaciones -Bernardo, Godoy, Maño, Paredes... de la Cultural— y recordar las pocas gestas que la ciudad vivía sumó en el final de los años sesenta (1967) una que toda la provincia aprendió: era la llamada alineación de los niños sabios de los Maristas.

Este colegio está de celebración este curso que ahora finaliza pues hace un siglo que se instaló en la ciudad, en el curso 1918-19. Y se sigue identificando al centro con algo que lleva en su nombre el equipo, el Ademar ( Asociación de Ex-alumnos Maristas), pues sigue en la brecha, llevando su nombre por España y Europa.

Todos los integrantes del equipo campeón cursaron carreras universitarias y entre los cinco titulares acumulan once carreras Sin embargo, ahora hace medio siglo, en mitad de ese centenario, quienes llegaron a todos los hogares leoneses y españoles, pues entraban por esa ventana única que había y que era TVE, eran los chavales que representaron al colegio y a León en uno de los programas más seguidos y recordados, Cesta y Puntos, que presentaba el entonces popular Daniel Vindel. Los leoneses se proclamaron campeones en 1967 y llegaron a la final dos años después. En la primera victoria se recuerdan en la ciudad pocos recibimientos «espontáneos» como el que le hicieron a los niños sabios: Ricardo Hueso, Luis Roberto Martínez, Fernando Nicolás Cañibano, Santos de la Torre Alonso, José María Usaz, Luís Roberto Rodríguez, Salvador Monroy, Juan José Callado y Santiago Fernández.

Los más conocidos eran los dos primeros —Hueso y Martínez— pues eran «los delanteros», es decir, a los que llegaban en primer lugar las preguntas, si ellos contestaban valían 10 puntos; si no lo hacían pasaban a los medios, que sólo eran 6 puntos y de no hacerlo al pivot... cuando no respondía pasaba a tener rebote el pivot del equipo contrario.

El concurso da idea de la España de la época, marcada por el fútbol, pues aunque el concurso tenía «estructura» de baloncesto: cinco jugadores, rebote, cesta y puntos... para que el público lo entendiera mejor se llamaban también delanteros y medios. Pero ésa es otra historia.

El nivel de las preguntas era muy elevado. Baste un ejemplo, la última que debieron contestar los chavales de los Maristas para vencer en 1967 era «¿en que país se encuentra la ciudad de Turfeu?» ¿Está pensando en Turquía? Pues era Finlandia. Los preparadores del equipo, los hermanos Ampudia y Llamas, recordaban que manejaban más de 10.000 preguntas «de ciencias y letras» que preparaban para que los integrantes del equipo pudieran responder con la máxima celeridad y seguridad.

Los ‘entrenadores’ confesaban que manejaban un volumen de 10.000 preguntas de ciencias y letras para preparar aquel seguido concurso Aquellos niños sabios pasaron a ser parte de las conversaciones en numerosas familias de la provincia, que los ponían como ejemplo. Y se sabía casi todo de ellos: Ricardo Hueso, que ya falleció, había nacido en Madrid y era hijo del delegado de Hacienda en León. Quería ser arquitecto y como premio pidió a sus padres que le dejaran quedarse en casa a jugar solo.

Fue arquitecto y montó un prestigios estudio en Asturias, que ahora dirige su hijo Borja, quien recuerda que «lo de Cesta y Puntos es algo que jamás olvidó, nos hablaba mucho del concurso y guardamos muchos recuerdos de aquella aventura».

Martínez, el más joven con solo 15 años, estaba interno en los Maristas porque su padre era veterinario en un pueblo de Orense y con el tiempo cursó dos carreras.

Como curiosidad, sobre el destino de los niños sabios, señalar que todos ellos cursaron estudios universitarios y entre los cinco titulares cursaron once carreras: 4 son ingenieros, 3 estudiaron Derecho, dos Medicina, 1 Exactas...

Además del recibimiento en León, cuyas calles recorrieron en coches descapotables, recibieron numerosos regalos y felicitaciones, «desde Chile hasta Helsinki pasando por Mieres», decía la crónica de Proa; y el más dulce sería el de Caramelos Santos en forma de su producto más conocido, los famosos Ronchitos. La tele premió su victoria con un viaje por diversos países de Europa.

Dos años más tarde, en 1969-70, llegaron los Maristas a la final. En aquella alineación estaban Jesús Vega, Manuel Ballesteros, José María Ameijide, Gabriel Molina y César Lanza.

Siempre reconocieronlos Maristas que después de aquellos años de gloria televisiva se les acumulaban las solicitudes de plaza desde toda España.
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