Uno de los lugares mágicos, donde uno puede transportarse a un pasado milenario es el paraje de "La Quebrantada" en Vegas del Condado. Se trata de una cárcava que se abre abruptamente en los montes poblados de robles que discurren paralelos al río Porma. Aparentemente, parece un paisaje natural, pero son el hogar de una leyenda que incluye la acción de la mano del ser humano.
Aquel que quiera disfrutar de una agradable subida por una pista forestal y llegar a la cima, podrá disfrutar de unas imponentes vistas de la vega del Porma y de la monumentalidad de la cruz erigida en 1983. Una vez al año, el pueblo organiza una romería para subir hasta allí. Pero el lugar es mucho más. Es el escenario de la minería romana del oro y es uno de los orígenes de la "Leyenda del Molín de la Griega".

A pocos kilómetros está la fuente de agua que utilizarían los romanos para hacer fluir el preciado metal ladera abajo. Obtener el agua del Porma hubiera sido dificilísimo, ya que habría que haberla elevado con un desnivel extremo. La fuente para obtener el líquido elemento es la Laguna de Rabilán, Remillán o Resmilán, que con esos tres nombres ha sido llamada. Son unas pequeñas "Médulas" a tiro de piedra de León.
Mencionábamos antes la "Leyenda del Molín (molino, en lengua leonesa) la Griega". Es una leyenda que comparten varios pueblos de León como Villarroquel, Valdecastro, Castro del Condado, Vegas del Condado, Cuadros y Murias de Ponjos, entre otros. El mito fue recogido por el propio Morán y estudiado exhaustivamente por Eutimio Martino, quien señaló cómo se repetía por muchas comarcas leonesas (de las Omañas al Porma, pasando por la Cepeda y la ribera del Bernesga).
La leyenda contada por el P. Morán decía así:
«Una mujer, griega de nación, llegó a un pueblo y construyó un molino en un alto, pese a que todos le hicieron ver lo dificultoso de su propósito. […] Cuenta la tradición que al decir la Griega "mañana muele el molino" la reconvinieron con esta cristiana frase "si Dios quiere", a lo que ella contestó:
"Que quiera Dios que no quiera, ha de moler el molino de la Griega"; y en el momento de la inauguración de la presa, molino y dependencias, todo quedó destruido como si los mismos diablos hubieran salido del profundo para acabar con aquellos ingenios de la industria humana».
El mito, que quiere mostrar, muy en la línea de la mentalidad del mundo rural, cómo el desafiar los límites de Dios y de la comunidad lleva al desastre. Está presente en el folclore y en la toponimia de muchos pueblos. De hecho, José Luis Puerto, en un gran trabajo etnográfico de 2002 recogía la leyenda de labios de paisanos nuestros de diversas localidades, como Otilio Mayo García, que contaba entonces 79 años, de Palaciosmil (Quintana del Castillo); Julián Mayo Mayo, de 65 años también de Palaciosmil; Mabel Suárez Fernández, 58 años, de Villarroquel; Dolores Labrador Pérez, entonces con79 años, de Rioseco de Tapia; M.ª Esther Fernández Robles, de 63 años, de San Vicente del Condado; José Antonio Martínez Llamazares, 41 años, de Villamoros de Mansilla, entre otros muchos.
Estos testimonios, auténticos tesoros que nuestros mayores custodian, son una riqueza que hay que conservar y difundir. En estos tiempos de pandemia, en el que no se puede viajar a lugares lejanos, nos queda la posibilidad de viajar en el tiempo a través de los mitos leoneses que atesoran nuestras gentes.