La magia habla su propio lenguaje en el Auditorio

La gala internacional cuenta este año con artistas procedentes de Italia, Rusia, China, Francia y EEUU que llevarán la ilusión, el humor y la sorpresa bajo la batuta del maestro de ceremonias Isaac Jurado

Joaquín Revuelta
28/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Bastrakov nos traslada con su número al folclore y a la cultura rusa.
Bastrakov nos traslada con su número al folclore y a la cultura rusa.
Contar con la importante nómina de artistas que cada año conforman la gala internacional del Festival ‘León vive la magia’ no es tarea fácil, como aseguró el director artístico y mago leonés Juan Mayoral durante la presentación el pasado mes de septiembre de la gala que reúne cada año en el Auditorio Ciudad de León a los mejores magos del mundo. El motivo no es otro que lo ocupada que tienen la agenda los artistas de alto nivel, por lo que si no se les consigue contratar en enero difícilmente van a tener fechas libres. Mayoral reconoció entonces que en España existen buenos magos, pero no hay los suficientes para alimentar un evento de esta categoría, por lo que se hace necesario recurrir a artistas de fuera de nuestras fronteras. Esta vez no habrá magos coreanos en la gala internacional que hoy da comienzo en el Auditorio con dos funciones a las 18:00 y 21:00 horas con entradas a 22 (platea) y 18 euros (anfiteatro), a pesar de seguir siendo los mejores del mundo.

Como novedad se incorpora una función más el próximo día 31 de diciembre a las 12:00 horas, pasando de ocho a nueve, lo que supone batir un nuevo récord «pues ningún espectáculo en León consigue representarse tantas veces tratándose del mismo espectáculo y llenar hasta en nueve ocasiones al aforo del Auditorio», se encargó de remarcar Mayoral, que también destacó como novedad el hecho de que en la presente edición se añade un espectáculo más a los cinco habituales que conforman la gala internacional, que a última hora ha cambiado al maestro de ceremonias, cediendo El Gran Dimitri el testigo a Isaac Jurado, definido como un «showman sin licencia, un artista sin filtros, que siempre asombra con su imaginación, ritmo, agilidad mental y su buen humor, logrando de esa manera que el público se quede hechizado durante el espectáculo».

La nómina de magos internaciones se abre con el italiano Shezan, un mago que nos traslada al cuento de Aladino y su lámpara maravillosa en un espectáculo único, como en realidad son todos los que conforman la gala dado que se trata de artistas creadores de sus propios espectáculos. Valerie Bastrakov llega de Rusia y es la primera vez que actúa en nuestro país, haciéndolo con un espectáculo de gran belleza visual y fuertemente arraigado al folclore de su país de origen. La música, el vestuario y los objetos que manipulan remiten irremisiblemente a la cultura rusa.En el ánimo de recorrer las diferentes culturas se incorpora a la gala la ilusionista china Huang Zheng, país que cuenta, en opinión de Mayoral, con las mejores magas del mundo pues cuentan desde muy jóvenes con una preparación actoral y escénica que les permite realizar cualquier tipo de actividad artística, como magia, canto, baile, acrobacia... Zheng acude al Auditorio con un número de grandes ilusiones que refleja su profundo amor por la cultura española y más en particular por el baile flamenco.Marc Metral es un artista francés que durante años ha llevado su magia al prestigioso Teatro Lido de París, lo que hasta ahora había hecho imposible su presencia en el festival leonés. Por suerte, en esta ocasión ha accedido a dar a conocer su número, del que Mayoral no quiso dar ninguna pista pues está convencido de que va a ser la gran sorpresa de la gala internacional.Procedente de Estados Unidos llega James Dimmare, un mago cuyos movimientos tienen la elegancia de Fred Astaire, ataviado con su impecable frac, y que llega a León con un número habitual de los casinos de Las Vegas. Por último, Nestor Hato llega con un número en el que combina la manipulación con malabares, efectos pirotécnicos y colores. En opinión de Mayoral su propuesta difiere de la de los magos coreanos por su ritmo trepidante, gran energía y una intensidad que lo hace único en su especialidad.
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