«Hacer vino es como el toreo: una técnica y un sentimiento»

Doce Tejas, la bodega que Gustavo Postigo tiene en la plaza de toros, ha organizado un concurso que ha servido para elegir los diseños de las etiquetas que llevarán los diferentes caldos de la próxima añada

06/07/2025
 Actualizado a 06/07/2025
La etiqueta del vermú es obra de Antonio Prieto Domínguez. | L.N.C.
La etiqueta del vermú es obra de Antonio Prieto Domínguez. | L.N.C.

Corría el año 2017 cuando la Basílica de San Isidoro empezaba la obra de rehabilitación de su museo por el tejado. Su entonces abad, Francisco Rodríguez, le regaló doce tejas de las que se retiraron al propietario de la plaza de toros, Gustavo Postigo, para que protegieran la bodega que tenía en su cabeza y que pronto sería una realidad.


Y Doce Tejas es precisamente el nombre de esa bodega, que se asienta debajo de los tendidos del coso taurino y que ha organizado recientemente un concurso de grafitis para elegir los diseños de las etiquetas que ilustrarán los vinos que saldrán al mercado la próxima temporada.


En la cita participaron artistas de distintos puntos de España, desde Huelva hasta Asturias pasando, naturalmente, por León. En el caso del vino blanco, el diseño elegido es de la leonesa Raquel Moledo Montiel, mientras que el elaborado con uva Mencía lucirá un grafiti obra de Darío Franco, alias ‘Wajuno’, también de nuestra tierra. La nómina de ganadores se completa con el vino crianza, que llevará una etiqueta obra del leonés Borja Fierro, y con el vermú, cuyas botellas portarán una ilustración de Antonio Prieto Domínguez, de Huelva.


Postigo es un apasionado de todo lo que hace y por eso ya está pensando en crear un certamen nacional de grafitis que lleve el nombre de Reino de León. Preguntado por cómo surgió la idea de hacer vino, el empresario explica que es farmacéutico de profesión y que la química y sus procesos siempre le entusiasmaron. «Cuando cumplí 12 años, mis amigos no me regalaron un balón o unas zapatillas de deporte, sino que hicieron una colecta y entre todos me compraron una bureta para que hiciera mis experimentos. Hacer vino es pura magia acompañada de algo de química en el sentido más estricto de la palabra, porque no me estoy refiriendo a añadir polvos o cosas parecidas», detalla.


Y no podía faltar algún vínculo entre su faceta de bodeguero y la de empresario taurino. «En realidad, el proceso de elaboración del vino se puede comparar con el toreo.  Si lo miramos bien, el toreo es una técnica unida a un sentimiento. Unas veces se tiene más técnica y otras veces se pone más sentimiento y se torea a pellizco, como se suele decir. Y lo mismo pasa con el vino. Es una técnica, que son los procesos químicos, unida a la personalidad de quien hace el vino», concluye el máximo responsable de Doce Tejas.

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