Y ese «cada uno hacer lo que esté en nuestras manos» es lo que hoy hace visible en el Museo de la Siderurgia y la Minería de Sabero (a las 12 de la mañana) con la inauguración de la exposición ‘Mina-dos’, un proyecto que es fruto de cuatro años de trabajo y del que se podrán ver en el museo minero algo más de la mitad, 38 obras de las 72 que sería el trabajo completo, más algunos añadidos como «una sala pequeña en la que se podrán ver fotos antiguas de Prado de la Guzpeña, un guiño a las gentes de mi pueblo, que me han visto trabajar durante estos cuatro años haciendo fotos por todos los rincones de la comarca a los restos de nuestro pasado minero, reciente, pero pasado».

- Roberto (director del MSM) me habló de una posible exposición y yo no acababa de ver mi pintura, nada figurativa, en un lugar tan impresionante como esta antigua ferrería de San Blas. Dándole vueltas pensé en esta idea a medio camino entre la fotografía, la pintura, el tratamiento digital... y me puse a trabajar. He hecho más de 4000 fotografías, de ahí que lo más complicado fuera la selección».
Y se llama Mina-dos, hoy se inaugura esta mirada a su tierra, a sus gentes, a sus paisajes. «Sí se podría decir que pago una deuda con mi tierra pero, sobre todo, con mi gente. Porque lo que subyace en estas obras es un reconocimientos a aquellos mineros, a mi familia y tantas familias, que trabajaron muy duro para dejarnos un mundo infinitamente mejor en el que yo mismo, por ejemplo, tuve todas las facilidades y todas las posibilidades que ellos no habían tenido. Se trata de decirles que estamos orgullosos de lo que han hecho y de darles las gracias por su inmenso trabajo».
Una idea que el propio Guzpeña ha llevado al texto de su catálogo escribiendo que «Mina-dos procura registrar las huellas de los hombres que los laborearon. Las paredes siguen llenas de evocaciones, de gestos que traen a la memoria el sacrificio y la ternura. Signos que se trazaron en una azarosa batalla y que es necesario recobrar. No hay ruina, no hay abandono, solo el paso del tiempo». Porque Guzpeña se muestra convencido de que «donde hubo actividad humana el paisaje permanece con vida; se mantiene en él el espíritu de las personas».
Personas que desde esta mañana habitan en Mina-dos, en el MSM.