Los fideos a la cazuela con almejas de Marcelo Ramón

En esta ocasión, me retrotaigo muchos años atrás, a cuando era un mocoso al que le encantaba este plato que hacía su madre en un pispás.
Cazuela baja al fuego directo de aquella cocina económica de carbón que presidía la cocina como si de un altar se tratara. Fideos gruesos al aceite para tostarles un poco. Los retiraba de la tartera y los reservaba.
En el mismo aceite, preparaba un sofrito rápido a base de ajo, cebolla, pimientos rojo y verde, hojina de laurel, ramita de tomillo. Punta de pimentón, rehogaba e inmediatamente un poco de tomate rallado... remover y ella ponía unas hebras de azafrán, su especia favorita, luego un poco de caldo y cuando empezaba a hervir, agregaba los fideos reservados hasta que estaban cocidos. Dejaba reducir mucho el líquido, hasta casi desaparecer. Esto a gusto de cada cual, más o menos caldoso. Y por último echaba las almejas, en aquella época chirlas o berberechos que previamente había abierto en una cazuela al vapor de vino blanco con laurel. Este liquido también iba para la olla.
Le gustaba completar con huevo duro picado y darle color con perejil de la misma forma.
Auténtico placer de sentir aquellos guisos, rápidos, sencillos y fáciles, propios de la época. Hoy no ha sido mi preparación sino la recreación de mi madre. Ella me guía y me inspira cada vez que me acerco al fogón.
Cuchara, y el pan para la merienda.
Vino de pichurrilla. No daba para más.
¡Tranca!