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Manuela Aparicio, de la Billa de
Valderas, y
Amca Garedo, del lugar de
Matanza, las dos en compañía, pasando desde Valderas hasta
Matadión, saliendo un toro a ellas, que lo tenía ya de costumbre, salir a las gentes a los caminos. Llendo a ellas, a el tiempo de meterse entre ellas, ymvocaron a la
Virgen Santísima del Socorro, a esto el animal se retiró sin acerlas daño alguno (noviembre de 1824)".
"Hallándose Fernando Pastor Fernández, natural de Valderas, cogido por un carro y a más para morir por no poder ya respirar, clamó a la Virgen del Socorro y quedó libre. Sucedió en Rioseco el 29 de junio del año 1859"
Estos dos textos, de 1824 y 1859, puedes leerlos en dos exvotos del
Santuario del Socorro. Pero son solo dos ejemplos, ‘de
milagros’ cotidianos, de vecinos que invocaron a la Virgen del Socorro y así se libraron del ataque de un toro o de morir aplastado por un carro. Dos escenas de la vida diaria en la comarca que plasmaron en esa practica de la religiosidad popular y quedaron reflejadas en ese curioso fenómeno de los exvotos.

Valderas es solo un ejemplo. Decenas de templos los acogen, desde la pequeña ermita de Gete a las iglesiasomañesas de El Castillo o Barrio de la Puente, también la ermita de la Virgen de la Piedad de Villademor de la Vega, de la Catedral de Astorga al Santuario de la Virgen de la Velilla, en La Mata de Monteagudo. ..Este impresionante monasterio de la Velilla es uno de los que más exvotos ‘alberga’ y en uno de ellos encontramos un texto que bien explica la fe que se tuvo en muchos pueblos a estas prácticas. Narra un milagro en toda regla, por la que un sacerdote recuperó los dos dedos que había perdido. «Quien quiera prodigios / aquí será verlos / pues es la Velilla / prodigio en extremo. // Viéndose acosado / de un caballo fuero / se vio atragantado / entre boca y pecho. // Quien abrió la boca / y comió dos dedos / librose invocando / Velilla remedio. // Diez varas distante / se halló en el momento / volvió a decir Misa / creciendo los dedos (1792)». Por las fechas podemos comprobar que el realismo mágico de la literatura llegó después del cristianismo mágico de muchos de nuestros pueblos. No en vano uno de los grandes de la literatura leonesa, Jesús Torbado, siempre contaba al hablar de sus primeras lecturas una anécdota de infancia. «En mi casa, en San Pedro de las Dueñas, no había una gran biblioteca, no había biblioteca para ser más exactos, y las lecturas a las que teníamos más acceso eran aquellas lecturas escolares de ‘Santas y heroinas’ y cosas así o las de la biblioteca del monasterio de las Benedictinas, del mismo ‘corte’. Pues me fascinaron, aquellas lecturas de hombres de fe a los que crecían los brazos o santos que eran sacrificados con aceite hirviendo y rezaban a Dios en tono pausado pidiendo la salvación me parecían el no va más; debo reconocerque jamás me atreví a contar cosas así en mis novelas pues podían parecer increíbles para mis lectores... aunque yo las había creído, y así me adentré en la literatura fantástica», contaba el autor de ‘Las corrupciones, quien añadía otras bondades a aquellas lecturas. «Con el tiempo, ya en la mili, había un concurso de relatos a la Virgen del Pilar, con el jugoso premio de dos semanas de permiso... Y, lo gané, fue mi primer galardón literario, gracias a aquellas lecturas».No se le quedan atrás, como hemos visto, los textos de los exvotos, quesuelen cerrar los hechos extraordinarios que cuentan con un «y por su intervención tuvo la salud».Pero hay otros muchos tipos, no solo aquellos que realizan un dibujo alusivo y en él escribían su historia. En muchas pequeñas iglesias—como la ermita de la Virgen del Pandillo de Gete o la del Nazareno en la omañesa localidad de Barrio de la Puente— encontramos piernas o brazos de muñecos, cabellos y hasta mortajas, recordando la parte del cuerpo en la que por intercesión del santo o Virgen del lugar se produjo la extraordinaria curación; en otros casos hay fotografías o simples escritos.

«Exvoto es voto» explicaba
Jesús Celis con un juego de palabras al hablar de los existentes en en los fondos del
Museo Etnográfico Provincial. Señalaba el etnógrafo que «los exvotos, han sido calificados como muestra de una de las mejores y más genuinas expresiones religiosas del hombre en todos los tiempos y, en especial, los exvotos pintados de la tradición cristiana en la provincia de León durante los últimos siglos», manifestando la «materialización del voto ofrecido a cambio de un favor de la divinidad previamente solicitado y conseguido sin que medie en la relación entre persona y divinidad ninguna jerarquía eclesiástica».
Sobre r que las características de los exvotos pintados, al menos en los últimos siglos en León, son: «que sea público o testimonial, divulgativo y permanente» y para ello están presentes en el dibujo tanto «la figura del oferente, la persona que hace la solicitud, y una cartela relato del episodio milagroso a modo de acción de gracias, siendo realizados (los populares) por artistas anónimos, donde prima el carácter narrativo y expresivo escénico, así como simbólico y alegórico sobre una estética claramente encuadrable en el arte popular».
Para Jesús Celis los exvotos son «una de las formas más directas, sinceras y extendidas de la expresión religiosa popular; y etnográficamente resulta importante además por informar y reflejar otros aspectos del ciclo vital, festivo, social, cultural e incluso económico del grupo y de la comunidad».
Uno de los ejemplos de «información añadida» que se puede encontrar en los exvotos lo ofrece uno de la
Catedral de Astorga, el de la
Capilla del Santísimo, conocido como ‘El milagro de la
Virgen de la Majestad’. En él, según explicaba el deán
Javier Gay, podemos constatar que hubo una Catedral anterior, hubo una románica previa a la actual, y en este
exvoto del
milagro podemos observar que aparece en parte la Catedral actual, la gótica, y en parte la Catedral antigua, la románica».
Mil historias vinculadas a esta muestra de religiosidad popular, tantas veces olvidada y otras motivo de ‘leyenda’ cuando «alguna que aparece moribunda en un dibujo anda todavía más pispa que nada». Señal de que hubo milagro, como con «Tomasa Mateos, natural del pueblo de
Moscas, hallándose ya con los ausilios espirituales de un mal de estómago, su esposo Eusebio González, natural de Tremor y vecinos de Torneros de la Valdería la ofreció al Santísimo Cristo de Tabuyo, por el que quedó libre y sana de su enfermedad. Es voto».
Si no hay más que pedir. Con fe.