Y de repente, sin saber por qué, nos encontramos con el vacío, que nos inunda, que nos sigue como una sombra.
Allá donde vayamos está el vacío.
Otra vez, había desaparecido, pero de repente vuelve.
Ese sopor, ese tedio para alguno. La ansiedad para otros.
Otra vez, otra vez. Se apagan las luces, las metas, los anhelos. Parece un mal sueño. Vuelve, Morante, por favor. Vuelve.
