Dice Rafa Gallego que si le pides un adjetivo para la novela que esta tarde presenta en la librería mutante Tula Varona –titulada ‘Teseracto’– se decantaría por «una historia rocambolesca»; para añadir que con toques de mucho humor, viajes a diferentes paisajes y una trama muy divertida. Y remata: «Para los que conocisteis al entrañable Lolo, que somos legión, uniría a rocambolesco que es una lolada, una de aquellas ideas ‘exotéricas’ que tenía el fallecido José Manuel Redondo».
Para viajar a esta rocambolesca historia hay que hacerlo hasta hace un cuarto de siglo, en el año 2000, cuando, por ejemplo, era consejera de Cultura Silvia Clemente, todo vuelve. «Recuerdo que era Año Jubilar y Lolo se empeñó en que teníamos que hacer una novela sobre el Camino de Santiago, que se lo había dicho a Silvia Clemente y le parecía perfecto. Y teníamos una idea inicial que, ya lo adelanto, no ha sido la definitiva: la de una monja que va haciendo el Camino al revés».
Para que todo fuera más ‘rocambolesco’ aquella novela, que ni había nacido más que en las conversaciones de Lolo y Gallego, protagonizó un reportaje en la prensa de Valladolid y nuestro fallecido dibujante ya había realizado las ilustraciones con muchos de los personajes de la misma, que guarda con enorme cariño Rafa Gallego.
Han pasado 25 años y aquella novela, a la que iban añadiendo trama y argumento cada semana cuando coincidían en una tertulia que compartían en la desaparecida cadena de televisión Localia, nunca cayó del todo en el olvido pues Rafael Gallego siempre tuvo la sensación de que se la debía a Lolo.

Y ya ha salido. Se llama Teseracto, es un novelón de 400 páginas, una historia rocambolesca que, dice Gallego, «es para entretenerse y pasar el rato; aunque la he escrito yo, que no soy capaz de colgar mi traje de profesor de filosofía, que ahí estoy».
- ¿Queda algo de aquella monja que iba a hacer el Camino de Santiago al revés, la lolada inicial?
- La verdad, poca cosa. La monja ahora es monje. Queda el Camino de Santiago que hace el monje pero curiosamente él no lo sabe pues estamos en el año 1000 y esta ruta de peregrinación aún no existía o estaba en sus albores.
Este monje, Beñat, llega en su camino a las tierras bercianas de Montes, «y allí le ocurren cosas muy raras, andan por allí seres muy extraños y sí aparece otra de aquellas ideas de Lolo, la de dos mundos paralelos que uno no sabe del otro, conectados por unas puertas que están escondidas debajo de los templos... la búsqueda de esa puerta es uno de los ejes de la historia pues permitiría pasar de un mundo a otro».
Y el viaje en el tiempo nos lleva en la novela a la actualidad, plano en el que habita el segundo de los personajes, Clara, «una periodista tipo Iker Jiménez, que investiga una muerte que se ha producido en Cuadros. Clara tuvo un novio que era profesor de latín y encuentra un manuscrito que había dejado el monje Beñat, que permitiría acceder a la puerta que conecta los dos mundos... y conectaría a los dos personajes».
- ¿Se llegan a encontrar, a atravesar esa puerta y conectar?
- Hasta aquí puedo leer... No cuento el desenlace de un grupo que organiza Beñat para buscar la puerta misteriosa y localizar a Clara al otro lado. Hay un gran trasiego de seres que vienen a este mundo y que son el eje de la novela, como son el eje de la vida, la búsqueda. Vivir es buscar. Lo que sí te puedo decir es que esa búsqueda, esas tierras de cada personaje, me permiten abordar otra parte que me parece una de las partes más interesantes de la novela, que encierra un trabajado libro de viajes en los que creo que está muy bien descrito el Bierzo, Montes y el Valle del Silencio; pero también Portugal sin olvidar mi tierra, y la de Don Quijote, La Mancha».
- ¿Qué dirías como resumen de Teseracto?
- Que es una novela para entretenerse y pasar el rato; como no podía ser de otra manera estando nuestro Lolo en el origen de la historia.
- ¿Y el filósofo Rafa Gallego? ¿Eres el culpable del título?
- No lo niego. Es un juego, un guiño a esos mundos y esas puertas, pues ya sabes que el teseracto es la extensión a cuatro dimensiones de un cubo que nosotros percibimos solo en tres.
