Una película, pero algo más. Así define el segoviano Eliseo de Pablos la cinta ‘Micromundos’; un proyecto que pretende «unir cine, arte y naturaleza». También, «una llamada de atención para la toma de conciencia hacia el respeto a los animales y a otras formas de sociedades animales». Una unión que llama la atención y que se hilvana sobre la obra del artista Luis Moro, Premio Castilla y León de las Artes de 2022.
«No las hacemos mucho caso e, inclusive, atentamos contra ellas, pero desempeñan un papel importantísimo en la vida humana», considera el cineasta sobre esas (micro)sociedades. Y es desde su hábitat hasta el nuestro, desde la naturaleza hasta el taller, que se extiende un filme que recopila exposiciones, elaboraciones, procesos que atañen al alumbramiento de una obra y otros que apelan al comportamiento animal. Todo en una película que, acompañada de las reflexiones del propio artista, aunque sin apenas diálogo, será proyectada este viernes –desde las 19:00 horas– en el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León en el marco de la exposición ‘El bramido de la tierra’ de Luis Moro y contando con la presencia tanto del artista como del director.
«Jugamos un poco con las imágenes y también mostramos cómo nuestro comportamiento es muy similar al de algunas especies», revela De Pablos: «Esas masificaciones... Igual que las avispas, las abejas, las mariposas, las hormigas... Sacamos ese paralelismo y quizá la última lectura sea que nosotros conocemos esas sociedades, sabemos que existen, pero no tenemos mucha idea de cómo funcionan ni tenemos conciencia de ellas».
De Moro destaca el autor de ‘Micromundos’ –asimismo director de festivales de cine en diferentes rincones del orbe– su «sensibilidad». Es por eso que, entre todos los artistas que han dedicado parte de su pulsión creadora al mundo animal, es su obra y no otra la que funciona como hilo conductor. Y es que cine y arte son, en palabras de De Pablos, «vehículos que transmiten ideas, situaciones, sensibilidades» y, en definitiva, herramientas «muy interesantes para concienciar».
Con ese ímpetu nace ‘Micromundos’; fruto de quince años de rodaje que han llevado al equipo de grabación de un lado al otro del charco, desde México hasta España. «Comenzamos a rodar hace quince años, pero el principal de nuestros cámaras, Pablo Fierro, murió por un infarto», recuerda el director: «Eso nos dejó muy traumatizados porque era un gran profesional, pero también una bellísima persona». La defunción, unida a los asiduos trabajos del artista y el director –grabó tres películas en ese periodo–, provocó la ralentización de un proyecto que, sin preverlo ha ido creciendo con sus participantes. No es fácil poner punto y final a un trabajo que acompaña a quien lo erige durante tanto tiempo.
«Es una película con un guion casi infinito de todo lo que se puede hacer con ella», apunta De Pablos: «Hemos condensado mucho; hemos seleccionado imágenes y técnicas para conseguir un equilibrio y que no fuera solamente un documental, sino que realmente tuviera un discurso cinematográfico y, a la vez, artístico». Todo acompañado del sonido «estupendo» de Four Hands Project para dar a luz a una cinta que, este viernes, por primera vez, se estrena ante el público a modo de ceremonia de clausura para la exposición de Luis Moro en el Musac.