Dos lenguajes universales

La música y el fútbol tienen en común su capacidad de llegar a todo el mundo, como se puso de manifiesto con el concierto ofrecido por un trío de cuerda en el Centro Penitenciario de León y organizado por la Fundación Real Madrid

L.N.C.
25/11/2016
 Actualizado a 12/09/2019
David de la Varga, Iván Braña y Pelayo Tahoces durante el concierto celebrado en el Centro Penitenciario de León.
David de la Varga, Iván Braña y Pelayo Tahoces durante el concierto celebrado en el Centro Penitenciario de León.
El violonchelista Pelayo Tahoces, el violista Iván Braña y el violinista David de la Varga han colaborado con el proyecto socio-deportivo que la Fundación Real Madrid desarrolla en Centro Penitenciario de León, ofreciendo un concierto de cuerda con taller posterior para los internos. Una experiencia que complementa el programa deportivo semanal que la Fundación desarrolla en este y otros 22 centros penitenciarios de toda España, desde hace más de una década. "La música y el deporte son idiomas universales que, además, fomentan la convivencia", señalaron los músicos antes de iniciar un repertorio que abarcó piezas clásicas de Bach, Mozart o Händel, pero también incluyó piezas de bandas sonoras por todos conocidas, para deleite de la audiencia.

Tras la interpretación, los internos pudieron participar en un pequeño taller de acercamiento a los instrumentos, siguiendo las instrucciones de los músicos, para entender la complejidad y el encanto de tocar un instrumento musical.

La Fundación Real Madrid desarrolla 43 proyectos socio-deportivos en 23 centros penitenciarios desde la temporada 2004/2005, en colaboración con la Fundación Padre Garralda y la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias; un trabajo que beneficia a más de 2.000 internos al año y que ha sido reconocido con la Medalla de Oro del mérito social del Ministerio de Interior.

Entre otras iniciativas de carácter social y solidario llevadas a cabo últimamente por la Fundación Real Madrid se encuentra la destinada a más de un millar de niños que podrán jugar y entrenar con materiales deportivos en el campo de refugiados de Krnjaca-Belgrado, en Serbia. El objetivo es colaborar en la atención de las más de 3.000 personas que cada día llegan a ese lugar procedentes de Siria, Afganistán e Irak, donde son atendidos por la ONG Mercy Corps.

En total, más de un millar de niños de los campos de refugiados de Krnjaca, Presevo, Sid y Subotica, principalmente, podrán jugar gracias a estos kits y con ello evadirse de las circunstancias y el entorno que les ha tocado vivir. Aunque la iniciativa también beneficiará a más de 200 menores de los campos de Sjenica y Tutin, y Tabanovce y Gevgelija, en Macedonia.

El fútbol se convierte así en vehículo de educación, cooperación e integración para promover valores fundamentales en el crecimiento de los niños y niñas.
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