Dos docentes de dos centros públicos leoneses acaban de recibir un importante reconocimiento en los premios 'Enseñamos a leer', que otorgan la Fundación José Manuel Lara y la Universidad Internacional de Valencia en olaboración con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.
Las docentes galardonadas han sido Sara García de Pablo (del CEIP Antonio González de Lama) y Beatriz Vieites Alonso, del IES Legio VII, ambos de la capital. 'Enseñamos a leer' reconoce los mejores trabajos sobre el fomento de la lectura, y en esta I edición premió 5 proyectos de centros educativos de las provincias de León (2), Palencia, Salamanca y Valladolid.
La propuesta educativa 'El misterio de los Cronófagos', ideada por Sara García de Pablo e implantada en el CEIP Antonio González de Lama de León, ha sido galardonada con el primer premio del certamen, en la categoría docente. El proyecto, que emplea la gamificación como metodología central, «propone una narrativa envolvente en la que los alumnos se convierten en «agentes temporales» y deben viajar a través de distintas épocas históricas (Prehistoria, época romana, Edad Media y Revolución Industrial) para resolver un misterio. En cada etapa, las lecturas realizadas en clase son claves para poder avanzar, enfrentarse a los Cronófagos y salvar la línea temporal».
El otro proyecto leonés premiado fue en la categoría 'Biblioteca más innovadora' para el IES Legio VII, cuyo proyecto, elaborado por la docente Beatriz Vieites Alonso, titulado 'Un viaje lleno de aventuras', nos invita a surcar el reino de la palabra. «Palabras que invitan a asomarnos a lo desconocido, a transitar por nuevos puertos, a navegar en los mares de la solidaridad o a avanzar unidos por la senda de la igualdad, para hallar, en la emoción de la Literatura, esa pasión que los docentes intentamos inculcar cada día a nuestro alumnado, conscientes de que cada vez que leemos juntos, vivimos», explica.
Los principales objetivos de este proyecto son «consolidar el hábito lector del alumnado, facilitar el acceso a fuentes y servicios de información mediante el uso de las nuevas tecnologías y alentar la colaboración de la comunidad educativa, haciendo partícipes a todos sus miembros, desde el convencimiento de que la biblioteca escolar debe ser una herramienta para compartir, disfrutar y cooperar, es decir, un espacio integrador que debe actuar como agente de desarrollo sostenible y de transformación social, comprometida en no dejar a nadie atrás».