Hará tres o cuatro años, en mayo, cuando cumplían años nos acercamos a la bolera de San Marcos a esperar la llegada de los Amigos del Mocho. Lo hicieron, alrededor de una docena, y dos paisanos habituales del lugar comentaban.
- Son esos que vienen cada poco a limpiar el río. Llevan años.
- ¿De qué son?
- De nada. Vienen, limpian y se van. Yal mes siguiente vuelven.
- Vaya neciura.
- Vaya neciura más sana y admirable, limpiar lo que otros tiramos.
Fueron llegando. Aquel día eran alrededor de una docena pero hubo meses que bajaron a tres o cuatro, por el frío, la lluvia... pero nunca faltaron recalcitrantes de esta bendita neciura que nació en mayo de 2015 cuando José Luis y Paco, después el entrañable Pérez Soto, se dieron cuenta de que aquello que hacían por civismo lo podían hacer relativamente organizados e invitando a otros con sus mismas inquietudes. Unas carteles muy sencillos fueron los primeros anuncios, que ya no hacen falta, ya se sabe que el primer domingo de cada mes hay una cita de los enemigos de esas peligrosas toallitas, lo más habitual, y lo que puedas imaginar.
Bendita ‘neciura’.
