Es una larga dedicatoria de un trabajo del poeta y escritor omañés Luis Miguel Rabanal que, creo, "vienen muy a cuento" este viernes, cuando va a recibir el reconocimiento de Omañés del Año 2016 que le ha concedido el Instituto de Estudios Omañeses (IEO), en la casa de cultura de Riello (19.30 horas). En la dedicatoria se intuye cómo en su memoria viajan tantos y tantos personajes de esa Omaña que ahora le homenajea, como ya lo hizo antes dando su nombre a una de las calles de Riello, la que hoy es Calle del poeta Luis Miguel Rabanal.

Basta, en definitiva, saber que Luis Miguel Rabanal construyó su territorio literario en un lugar llamado Olleir, que, curiosamente, es Riello escrito al revés.
Basta con conocerlo.
Su biografía autorizada nos ofrece muchos más datos:"Luis Miguel Rabanal nació el 20 de marzo de 1957 en Riello. Durante la mayor parte de la década de los 60 lideró, junto a Isidro San Juan G., la banda de malhechores ‘Los petardos’, sembrando el oprobio y la iniquidad por muchos sitios y haciendo la vida imposible a los felices transeúntes del triste Camino del Ariego. Aquellas y otras historias fueron llevadas con posterioridad a la pantalla de la serie televisiva Jiménez y el burro, El curro de Jiménez, o algo parecido. Cursó estudios de Liturgia y Onanismo en diversos centros especializados a los que, por desgracia, no pudo prender fuego en su momento. Más adelante se licenció en lenguas y demás partes pubendas, fue también futbolista y gran degustador de Smirnoff. Actualmente reside en el Principado de Mónaco, perdón, en el de Asturias y añora una barbaridad Omaña". De ahí su última frase en la dedicatoria, los héroes de una edad perdida, pues un accidente mezclado con una enfermedad le tiene alejado de su tierra; por más que él lo cuente con la ironía que ha convertido en arma de defensa. "Desde finales de 1997, debido a la tetraplejia producida por un derrumbe doméstico o por un accidente de surf, ya no se acuerda, es usuario de una bonita silla de ruedas Breezy. Así y todo, y con dolores, continúa escribiendo".
Por suerte continúa escribiendo, por más que uno de sus últimos libros se haya titulado ‘Este cuento se ha acabado’, de ahí que el encuentro del viernes se llame ‘Este cuento no se acaba’ y, además, después de aquella recopilación de poesía ha visto la luz, hace pocas semanas, ‘La verdadera historia de Montserrat C. y otros relatos no menos imposibles’.
La familia de Luis Miguel Rabanal que acuda a recibir el galardón estará muy arropada, en el encuentro poético musical se anuncia la presencia del cantautor Alfonso Salas y un buen número de escritores encabezados por el Premio Cervantes leonés Antonio Gamoneda, habitual en todos los actos de reconocimiento a Rabanal.
Otro de los participantes en la velada, Antonio Manilla, también con algunas raíces omañesas, escribe:"A Luis Miguel Rabanal, el poeta que leíamos a los dieciocho junto a Rimbaud y a Lautréamont, al que comparábamos sin desmerecer con René Char, hijo rubio de Omaña, le amaneció un día nefasto, unos de esos días de soles derrumbados, que lo postró a los pies de su interior. Crecieron llamas en los árboles, carne de tristeza, grietas más profundas. Todos somos, por decirlo con palabras de Umberto Saba, un hombre junto a un límite".
Pero un hombre muy querido en su tierra, y en otras, como esta tarde podrá volver a comprobar.