El Palacio de los Guzmanes abrió este jueves sus puertas a la rectora de la Universidad de León, Nuria González, que se dio cita con el presidente de la Diputación de León, Gerardo Álvarez Courel, y el diputado y vicepresidente del Instituto Leonés de Cultura, Emilio Martínez, para dar firma a un convenio de colaboración en materia de arqueología entre la ULE y el ILC. "Este convenio vuelve a demostrar que la colaboración entre instituciones es la clave para cumplir el objetivo de ofrecer mejoras a la sociedad que servimos", expresó Courel sobre una firma que permitirá "que ambas partes salgan reforzadas".
En palabras de la rectora, el objetivo del convenio tiene que ver con "el estudio y la conservación del patrimonio de nuestra provincia; un territorio donde existen numerosos restos arqueológicos". "Bajo nuestros pies tenemos vestigios de culturas milenarias, huellas que hablan de un pasado incluso anterior a los romanos", continuó: "Todas las civilizaciones han ido transformando este territorio y creando nuestra historia y, desde la Universidad, creemos que es fundamental ayudar a leer esas huellas del pasado, preservar y conservar ese legado".
Coincidiendo en el tiempo con la campaña estival sobre el Castro de los Judíos por la que la institución académica mantiene un convenio con el Ayuntamiento de León, la arqueología es de nuevo punto de encuentro y de colaboración entre organismos de la mano de una firma que se prolongará durante los próximos cuatro años. "Este convenio que acabamos de firmar va a permitir a nuestros arqueólogos, profesores e investigadores acceder a una selección de materiales del ILC que, después, nuestro laboratorio de arqueología estudiará para, de alguna forma, garantizar su conservación", reflejó González sobre unos trabajos que, posteriormente, serán inventariados en una memoria y entregados de nuevo al citado instituto.
El objeto de estudio
Con más de tres décadas de vida, el Instituto Leonés de Cultura cuenta con una colección arqueológica que se encuentra en su sede, el edificio Fierro de la capital provincial. "Esos fondos no han estado olvidados y están a disposición de toda persona que quiera consultar algún apsecto de la colección", indicó el técnico de Patrimonio, Jesús Celis Sánchez. Sin embargo, los resquicios a los que atañe este recién firmado convenio responden a "una colección bien definida"; los restos arqueológicos de la villa romana El Soldán, excavados y descubiertos por el médico de Santa Colomba de Somoza, Julio Carro Carro.
"Esos fondos, junto a la colección etnográfica, es lo que ha servido para crear el Museo de los Pueblos Leoneses de Mansilla de las Mulas, pero no han tenido una difusión pública lo suficientemente importante como para hacerlos visibles", destacó Celis: "Queremos que, con la aportación que va a hacer la Universidad de León, estos fondos se estudien y se identifiquen perfectamente y que de esto salga un sistema para la formación de los alumnos". Y es que no se trata de "un material delicado que sólo pueda ser utilizado por especialistas", sino que el alumnado universitario tendrá un acceso al mismo. "Esto servirá para saber más de esa villa que, lamentablemente, no ha tenido revisiones de cierta enjundia en todo este tiempo y contribuirá al engrandecimiento del conocimiento arqueológico que se tiene de nuestra provincia", terminó por decir.
Al encuentro también acudió el responsable del departamento de Arqueología de la ULE, Eduardo Ramil Rego, que desglosó los "tres pilares fundamentales" del laboratorio: investigación, docencia y transferencia. "Nos interesa no sólo que nuestros alumnos aprendan o generar conocimiento en el laboratorio en base a estas colecciones, sino también que la sociedad pueda ver un retorno de inversión", expresó: "Que se pueda recibir información de una forma veraz y asequible y que se puedan trasnmitir los datos históricos que podamos recabar sobre estas piezas".
Para ello, arqueólogos, profesores, investigadores y alumnos echarán mano de un "equipamento de última generación" que, "de modo no invasivo", permitirán "caracterizar de mejor forma este material". "Pese a ser para nosotros un elemento de estudio, no deja de tener unas cualidades especiales de protección porque es patrimonio histórico y bien de dominio público y está cautelado por una serie de normativas", relató Ramil: "El patrimonio lo que tenemos que hacer es estudiarlo, observarlo y, sobre todo, transferirlo".
El arqueólogo refirió que "el León romano pasa un tanto desapercibido" a pesar de sus vestigios monumentales. "¿Qué hacían? ¿quiénes eran? ¿cuándo estuvieron?", cuestionó: "Esta colección nos va a llevar a completar los estudios que estamos realizando tanto en el entorno campamental de la ciudad de León como en otras localizaciones para tener una visión con más detalle del conjunto de lo que sería la época romana en la provincia".
La villa El Soldán
Eduardo Ramil describió el objeto de estudio de este convenio como "un gran cortijo de época romana donde, al lado de lo que sería la vivienda del señor, con unos grandes baños y áreas de recreos, hay también una parte relacionada con la explotación agrícola". Descubierto por el doctor maragato a principios del siglo pasado, sus resultados fueron publicados en la obra 'Maragatería, El Bierzo, Galicia, Siria y Palestina en antigua y desconocida ligazón histórica'.
"Conocemos la planta, conocemos la sepultura, conocemos incluso cosas curiosas: que hasta podría tener un pequeño invernadero en el jardín del patio central por una gran cantidad de cristales que aparecieron, de vidrios de ventana, que no son nada comunes", siguió el arqueólogo: "Con todas estas piezas del rompecabezas, vamos a intentar avanzar en el conocimiento de la historia romana y de estas villas agrarias que, al fin y al cabo, tenían la función de abastecer a la ciudad". Todo en aras de desarrollar "una perspectiva más amplia del conocimiento de lo que era, de modo global, el León romano".