Cazando instantes y tigres Siberianos

Álvaro Laiz se considera un hombre curioso más que aventurero, adjetivo que demuestran sus múltiples trabajos profesionales desde diversas partes olvidadas del mundo. El próximo día 19 de julio expondrá sus fotografías en la Fundación Cerezales Antonino y Cinia

Andrea Viñuela
13/07/2015
 Actualizado a 16/09/2019
Fotografía perteneciente a su último trabajo realizado en el extremo oriente próximo, ‘El cazador’ | Álvaro Laiz
Fotografía perteneciente a su último trabajo realizado en el extremo oriente próximo, ‘El cazador’ | Álvaro Laiz
No todos los disparos hieren, algunos congelan momentos para siempre. Es el caso del joven fotógrafo Álvaro Laízen su caza al tigre de amur; sus armas, su cámara de fotos.

Álvaro, natural de León, comenzó sus andanzas en el mundo del periodismo en la desaparecida Crónica de León, «comencé mi carrera periodística escribiendo en papel, pronto me di cuenta de que eso no era lo mío, yo lo que quería era viajar y conocer la realidad de primera mano, cogí el petate como quien dice y me fui a Madrid a estudiar fotografía. Meconvertí en fotógrafo freelance, lo que me abrió las puertas a tener todas las opciones abiertas y a la vez ninguna».

Viajé desde Zanzíbar hasta Egipto, siguiendo las huellas de los exploradores del NiloSu primera experiencia, la que se convirtió en el punto de inflexión de su carrera la recuerda de una manera muy especial «me fui a Uganda, viajando con mi mochila y fotografiando todas aquellas historias que me parecían interesantes. Viajé desde Zanzíbar hasta Egipto, siguiendo las huellas de los exploradores del Nilo Burton y Speke. El viaje lo hice con mi compañero, mi hermano, David Rengel, y nos planteamos ir documentando realidades que no tenían mucho eco en los medios de comunicación;tomándonos nuestro tiempo, conociendo las historias de cada personaje de primera mano. Ese fue el gran cambio».

Este fotógrafo leonés ha vistopublicadas sus fotografíasen revistas de la talla de National Geographic, New York Times o Forbes,acierta a decir que «siempre ayuda que el trabajo que realices se vea en medios tan potentes, que llegan a tanto público, el problema actual es la superpoblación de información, aún así, la confianza depositada en mí resultó un espaldarazo».

La fundación Cerezales Antonino y Cinia, acoge el domingo 19 de julio la exposición que muestrael trabajo de estos tres meses realizado por el joven fotógrafo;ademas del reportaje fotográfico cuentan con documentación multimedia.

Como buen fanático de la literatura la ideade esta aventura, se despertó en la mente de Álvaro tras caer en sus manos un libro que albergaba en su interior una historia sobre el Extremo Oriente Ruso, ‘El tigre’, cuenta la historia de un cazador que sigue las huellas de un tigre siberiano y ahogado por la situación económica decide darle caza, sin éxito, la población autóctona tiene múltiples supersticiones relacionadas con los tigres. Cazar a un tigre es un tabú.«Si vas a por el,el volverá a por ti, y en esta ocasión ocurrió lo que no había ocurrido nunca, el tigre en un giro hacia el amba, el lado oscuro, se convirtió en una especie de cazador de hombres, siguiendo la pista del que quiso darle caza, de forma tan meticulosa como la de los propios cazadores, consiguiendo encontrarle y convirtiéndolo en el cazador cazado, el tigre poseíaespíritu de venganza humano» relata Álvaro.

«Con la historia entre manos sentí que tenia la oportunidad de sentir la experiencia de viajar en el Pequod con Moby-Dick.A partir de ahí contacté con diferentes parques nacionales, con el cazador que finalmente terminó con la vida de aquel tigre. Pude realizar el viaje y me fui a vivir a la Península del Primorje, con una familia de cazadores, en época de caza. Pasé un mes con ellos, conviviendo y viviendo el día a día de aquel lugar. Las condiciones meteorológicas son muy duras, pero fue mucho mas arduolidiar con la crisis económica que vive aquella zona desde los año 90, un sitio desolado por el alcohol, presenta altas tasas de violencia. El idioma también se convirtió en una barrera pero yo contaba con un traductor de confianza».

Álvaro dice haber evolucionado confirme el proyecto iba avanzando « es un proyecto a largo recorrido, necesita tiempo para madurar, tengo que metabolizarlo. He descubierto una zona geográfica de aquel inmenso lugar, pero aun me gustaría conocer más».

La pregunta era obligada, ¿consiguió este intrépido aventurero cazar al tigre? «Finalmente ‘conseguí cazar el tigre’, hay un dicho que dice que si ves a un tigre un segundo él te ha observado a ti una hora.

La exposición del día 19 contará contres partes diferenciadas. En la primera de ellas, se mostrará todo el recorrido fotográfico que es la espina dorsal del proyecto, por otro lado, la instalación,que es una serie de videoretratos de cazadores,y por último hay una pequeña sala, en la que se instalaráuna especie de gabinete donde estála parte más documental, «colocamos cámaras trampa para observar los movimientos de los animales y nos dio muy buen resultado, por ello queremos mostrarlo al público» comenta.La exposición contará con la presencia de Álvaro Laiz, pretendiendo, que en vez de convertirse en el guía de la visita,ser parte de una charla donde se pueda contar las anécdotas allí vividas e intercambiar opiniones con los presentes.

Álvaro, un alma intrépida, siempre tiene en mente próximos proyectos, el siguiente destino que quiereculminar es Siberia,buscar la convivencia con los hombres reno.
Él no se considera un hombre aventurero, se considera curioso, además el tiempo apremia y según él «me queda mucho mundo por fotografiar y cada vez soy más viejo».

Los leoneses, mientras tanto, esperaremos impacientes que llegue eldía 19, para poder ver con nuestros propios ojos al tigre de amur y por supuesto a su fotógrafo.
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