Le queda cerca a la artista pues Estébanez, aunque afincada en Valladolid, es natural de Sabero —«bajo la mirada de las montañas está mi pueblo. Desde allá arriba todos somos iguales, todos somos pequeños, hasta las casas son miniaturas, pero si dejamos que la brisa de los árboles nos adentren en él, veremos cosas grandes, veremos personas, veremos ilusiones y veremos tristeza»— y la muestra se inaugura este sábado en el Museo de la Minería y la Siderurgia (MSM) con sede en su pueblo. De hecho, la anterior exposición de Carmen Estébanez en el MSM, hace ocho años, estuvo dedicada a la mina, aún viva entonces en León. «De hecho, dos de aquellos cuadros pueden verse en esta exposición actual dedicada a los viejos oficios. Y la mina lo es».

- ¿Cómo surge la idea de la exposición dedicada a los viejos oficios en peligro de desaparición?
- Quiere ser un pequeño homenaje personal a todos esos artesanos que han ejercido estos oficios. Trabajos que forman parte de mis recuerdos y de los de tantos leoneses con un pasado rural y una infancia en nuestros pueblos donde todos estos artesanos eran un referente.
Cuando Carmen Estébanez mostró su obra relacionada con la mina destacaba la ‘presencia’ de la oscuridad: «Al fondo de la mina no llega el sol ni se encienden las estrellas, no existe mundo, ni casas, ni colores, ni sonrisas. Hay una íntima inundación de oscuridad, es el abrazo que rodea su figura. Sus canciones son susurros de un eco imaginario... Pero llega el día cuando acaba la jornada». Y se acabó la mina.
En aquella muestra predominaba la figura humana, como en la actual, una seña de identidad de la obra de la artista saberense. Explica ella que sus estudios universitarios de Asistente Social, hoy Trabajo Social, hacen «que tenga predilección por la pintura figurativa que refleja, a su vez, temas sociales».
Quiere destacar Estébanez el privilegio que para ella supone poder exponer en su pueblo y en la Ferrería de San Blas, que forma parte de sus recuerdos. «Cuando realicé la exposición de la mina el director del museo, Roberto Fernández, me dijo: vete preparando material que en cinco o seis años hacemos otra exposición. No han sido cinco años pero aquí estoy, un privilegio, por todo, como el cuidado que han puesto en todos los detalles de la exposición... hasta una barca han traído para ambientar el rincón con las obras de trabajos del mar».