Belita Gracia salía con su padre a realizar el trabajo de campo, mientras que sus hermanas se dedicaban a la preparación de las personas en el estudio o al retoque de las fotografías. Su formación como maestra, aunque posteriormente no se dedicara a la enseñanza, aportó a su mirada un toque especial de curiosidad por todo lo que veía y vivía y de esa curiosidad ha nacido la exposición que se inaugura este sábado –a las 18:00 horas– en el Centro Leonés de Arte. Una exposición compuesta por multitud de imágenes realizadas por la fotógrafa a lo largo de toda su vida.
La muestra ha sido posible gracias al empeño de Ana Valiño, que ha trabajado sobre los negativos que Belita conserva desde hace mucho tiempo. Todos ellos han sido limpiados para, posteriormente, analizarlos y catalogar las imágenes de acuerdo con las fechas y lugares donde fueron tomadas. El resultado es el fruto de la excelente memoria que Belita guardaba de cada una de ellas, en las que incluso recogía detalles de la toma. Ana señala que todo ha sido gracias a Belita; Belita, en cambio, cuenta que el tesón y trabajo continuado de Ana han hecho posible sacar adelante el proyecto. Mientras tanto, Olaf explica que, sin Ana, ese trabajo nadie lo habría llevado a cabo.
El proyecto de Ana Valiño que da pie a esta exposición se llama ‘Mujeres en la construcción de la memoria visual de León’. Acerca del mismo, ella comenta: «Mi investigación sobre memoria visual de León comenzó en 2022 con un objetivo concreto: encontrar a mujeres fotógrafas y relacionadas con la práctica fotográfica que han contribuido a crear la memoria visual de León en los siglos XIX y XX». Para ello, cuenta Ana que realizó «un diagnóstico del estado del fondo» y estableció «un plan de trabajo: análisis y visualización de fotos y negativos».

«Belita tiene decenas de álbumes de fotos y cientos de negativos y diapositivas», añade Valiño: «Trabajé sesiones de identificación con Belita para confirmar personas, lugares y fechas y esta verificación evitó atribuciones erróneas y aportó contexto de primera mano». En total, ambas han catalogado más de 300 fotografías. «Propuse al Instituto Leonés una exposición fotográfica resultado de este trabajo (ellos financian la producción de la obra de Belita), acogieron el proyecto y procedí junto a Belita a hacer una selección de las fotografías que irían en la muestra», continúa: «En el laboratorio fotográfico Auth Spirit, se procedió al escaneado y limpieza de los archivos convertidos en digitales». Dado el estado «deteriorado» de los negativos y diapositivas, el trabajo fue, en sus palabras, «complejo».
El resultado es una exposición en la que se pueden contemplar 80 fotografías tomadas por Belita a lo largo de su trayectoria vital, que ya pasa de los 100 años. Ana considera que hay muchísimas más fotografías catalogadas que no aparecen en la exposición y que se encuentran a la espera de las siguientes fases del proyecto en formato libro digital con una financiación muy superior a la de una exposición. Además de ello, Ana dirige el documental ‘¿Quién es Belita Gracia?’ que está en la última fase de grabación. Valiño considera además que la ayuda y financiación del ILC ha sido vital para llevar a cabo el proyecto, pues no solamente han cedido el local para exponer, sino que también han financiado todo el proceso de producción de los materiales a exponer que ha sido largo y costoso.

Las fotografías de Belita son limpias, claras, alegres y luminosas con una frescura y naturalidad que hacen que el espectador quede prendido de ellas. Ella misma reconoce que siempre iba con la cámara al hombro y ya todos la conocían y esperaban sus disparos; de ahí la naturalidad de los que estaban siendo fotografiados. Hay un cambio con la introducción de el color, que es como dar paso a un elemento más y, con ello, añade otro elemento a sus imágenes; una fuerza que ya tenían antes con el uso del blanco y negro echando mano de una delicada y profusa escala de grises.
Las imágenes de la fotógrafa se presentan como un reflejo de la sociedad leonesa del siglo pasado, igual que las de su padre y abuelo lo fueron de épocas anteriores. Ahora Belita espera con impaciencia la acogida que tendrá su visión del mundo en aquellos tiempos pasados que, seguro, resultará impactante y evocará recuerdos que, para muchas personas, tendrán un gran significado y, a los más jóvenes, les supondrá el conocimiento de cómo era la vida de las gentes que les precedieron, trasnformando a esta muestra fotográfica en todo un acontecimiento fotográfico y vital.
