Salamón fue el sábado un desfile de sensaciones trashumantes con rebaño al fondo. Y en el fondo del rebaño la lana, la gran protagonista de esta Jornada que estrena fecha y, con ella, nombre, adaptándose a las necesidades de esta montaña que sufre la despoblación como tantas otras de a provincia.
Desde hace 4 años este pequeño pueblo que alberga el Museo de la Lana celebraba el 9 de abril con su fiesta, ya que ése es el Día Internacional de la Lana, una fecha que podía resultar complicada en esta montaña por el clima, días poco vacacionales, pueblos aún poco poblados tras los rigores del invierno… Pese a ello, las tres ediciones celebradas tuvieron buena acogida pero con la duda de si eran las mejores fechas.
El principal problema de esta cita es que se entiende mal una ‘fiesta de la lana’ sin los padres del producto, los rebaños, y para esos días de abril aún no han llegado, ni se les espera, a los rebaños, que están llegando en estos días de junio. Estuvieron la semana pasada en Prioro, este fin de semana en Salamón, a pocos kilómetros viaja otro por el Valle de las Casas camino de la Uña. Se imponía el cambio.
Y en esta IV edición, la de 2025, llegó, se mudó la fecha al último fin de semana de junio, con la jornada central en el sábado, los rebaños en el pueblo y hasta un cambio de nombre que le daba una vocación más universal: El Wool Fest, que es el Festival de la Lana «pero con una mirada más abierta, glamurosa si quieres», en palabras de Alberto Díaz, uno de los padres de esta idea y uno de los emprendedores que ha apostado por la lana como «material»idóneo para el mundo en el que yo me muevo, la moda».
Y la moda estuvo presente en la cita, hasta el punto de que uno de los actos más llamativos de la jornada fue precisamente un desfile de moda con prendas de lana y con un telón de fondo muy singular, un rebaño de ovejas, y muchos de los asistentes sentados sobre pacas de hierba. «La moda le puede dar mucha visibilidad a este producto tan nuestro», dice Díaz, y realmente lo hizo en la jornada de tarde con el desfile de modelos de diversas marcas: la leonesa Añino Merina; la zamorana Marae, que trabaja con prendas de lana cocida; la La Asociación de Labores Solidarias la IAIA, que aboga por el uso de la lana como tema social y las ya conocidas Las Hidalgas (la firma de Díaz), que utiliza prendas de lana de oveja merina trashumante y presentó su colección Hidalga Black… «Todo un mundo que se quiere abrir camino, manteniendo esta filosofía de productos sostenibles, con respeto a la naturaleza y el medio ambiente, de ahí hacerlo en este valle maravilloso», explicaba Alberto Díaz.

«Queremos contar al mundo que puede haber una pasarela en un lugar tan idílico como éste», señalaba, después de mostrarse muy ilusionado con el futuro de este Wool Fest pues, reconoce, «estamos en un mundo en el que compras una camiseta por dos euros… eso es inviable trabajando con buena lana, ética, sueldos dignos, calidad… por eso necesitamos una sociedad más concienciada y no le de la espalda a esta lana cargada de siglos de historia; y nos anima saber que hay más gente en nuestro camino».
Recuerda Díaz que «el mundo está al revés» en este campo; y pone un ejemplo. «Lavar y peinar la lana en sucio, después de esquilar, nos cuesta en Portugal (cerró la empresa que lo hacía en Béjar) el doble que hacerlo en Uruguay o Asia. De ahí que apelemos a la conciencia y la ética, pues esta lana cumple las leyes».
Y una parte de ese camino se anduvo el sábado en Salamón, un lugar en el que desde primera hora vivió un ambiente singular, un viaje al mundo de la lana y sus derivados, incluidos los mastines, que desde primera hora participaron en un concurrido concurso. Por diferentes puntos del pueblo y el entorno del Ecomuseo de la Lana Merina Trashumante. Un joven esquilando en directo en el templete de la música, y con música de fondo de los instrumentos más tradicionales de los pastores de la mano del rabelista (esta vez con la zanfoña) Miguel Ángel García, la sabiduría en mesas redondas de estudiosos como Manuel Rodríguez Pascual, una de las personas que más ha creído y defendido el mundo de la lana como motor industrial en la provincia; ganaderos como Argimiro, enamorados de los recuerdos de la trashumancia y el pastoreo en el chozo como Jose el de Prioro… demostraciones en directo, el espectacular desfile o el cierre musical de otro clásico de la tradición, Rodri.
No faltaban pastores o personajes comprometidos con el futuro de la lana y a trashumancia, como la alemana Ernestine Lüdecke, de la Fundación Monte Mediterráneo, que hace tan solo unos días presentó en este mismo lugar otro esperanzador proyecto: Caminos Trashumantes’, la primera plataforma nacional de turismo en torno a las rutas trashumantes tradicionales y que conecta más de 370 agentes rurales en un proyecto turístico, social y medioambiental. Ha arrancado con una primera fase que se centra en la Cañada Real Conquense y la Cañada Real Leonesa Occidental, que atraviesa más de 400 municipios de 10 comunidades autónomas y con unas posibilidades turísticas incuestionables.
Parece que algo se mueve en el mundo de la lana… Y arrancó desde Salamón, con modelos entre la lana y la hierba.
