Alboral fue el acertado nombre que sus responsables pusieron ya hace más de una década a una publicación con ganas de ‘amaneceres’, que es lo que sugiere su nombre, y que además es el nombre de la villa al revés, La Robla.
Han mantenido su fidelidad número tras número, ya van por el 28 —que es mucho decir— y mantienen la publicación en papel, compartida con su presencia en las redes con una cuidada página de Facebook. En los últimos números dedicaban su portada a cada uno de los pueblos del municipio y en este último llegan a la capital de la comarca, La Robla. Buen momento para aterrizar allí pues tiene el lugar novedades recientes e importantes, como la construcción del Centro de salud y la profunda remodelación de la Casa de Cultura. Las dos obras han sido llevadas por el hacendoso y eficaz Berto Lavid a la portada de Alboral. Es decir, Alboralece en la capital.
En el número anterior ‘despedían y agradecían’ a algún colaborador, como Mario (que anda en otros menesteres) y en este presentan nuevos ‘fichajes’ para seguir en la brecha. Son la cineasta Noemí Suárez, que ya escribe de molinos, y José Luis García Cadenas, que ofrece datos de las escuelas municipales y los médicos.
Se mantienen los colaboradores habituales —Mariola Diáz-Guerra, Pedro Nieto, Berto Lavid, Ibán Villagrá, Gallegos Posadilla, Ángel Cavia, Pedro de Lama, etc—y las secciones clásicas de La Robla en blanco y negro, los chascarrillos de nieto, el repaso del comercio o hechos extraordinarios, tradiciones, colaboraciones literarias... y en este número una colaboración extraordinaria de un roblano ‘por el mundo’, Nicanor Cardeñosa, quien a través del repaso de su vida recupera la memoria de su familia en la villa, de su madre Tita y su recordada tía Elena, y a través de ellas realiza un homenaje a la mujer y la igualdad, no impostada sino como él tuvo el privilegio de vivirla.