León en el alma y las letras de nuestras escritoras

Recorrer la provincia de la mano de escritoras que han escrito sobre sus comarcas o ambientado en ella sus novelas es el espíritu de esta serie que comienza este martes

Mercedes G. Rojo
05/07/2022
 Actualizado a 05/07/2022
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Llega el verano y cambia con ello la oferta cultural que se nos ofrece tanto desde este periódico como en general, aunque haya quienes sigamos en nuestro empeño. Fiel un año más a esta nueva cita he querido conjugar en esta nueva dos aspectos para mí fundamentales, el amor por mi tierra y ese afán en el que llevo años involucrada tratando de mostrar al mundo el buen hacer de nuestras mujeres en los diversos ámbitos de la creación y la cultura. Este año no iba a ser menos y como tenemos más deseos de viajar que nunca ¿por qué no hacerlo de su mano y a través de nuestro territorio más próximo? He visto en el anuncio de esta Crónica de verano que hay compañeros que también nos descubrirán panoramas leoneses. El tema puede parecer reiterativo, espero que al menos no el planteamiento que va mucho más allá de la posible ruta en sí.

De todos es sabido que el territorio siempre ha estado unido al mundo literario, dejando una huella indeleble en quienes hacen de la literatura su vida, especialmente desde la escritura, bien porque les sirva de inspiración para sus textos, bien porque encuentren en el mismo el lugar y las condiciones indicadas para llevar a cabo su obra. De cualquier forma quisiera recordar en este punto aquello de “escribir local para llegar a universal” que algún grande de la literatura ha dicho alguna vez.En esa tesitura, seguro que nos vienen a la cabeza más de uno y más de dos nombres de escritores leoneses que llevan en su obra la huella de esta tierra. Pero casi estaría por asegurar que, si no en su totalidad sí en su mayoría, se trata de nombres masculinos. Sin embargo, nuestras escritoras tampoco están exentas de esa huella y eso es lo que vamos a tratar de descubrir este verano con esta nueva serie, en la que tendremos la oportunidad de acercarnos al territorio leonés, ese que tantas veces ha sido cantado por propios y extraños, a través de los ojos de algunas de nuestras actuales autoras, aquellas que seguimos instaladas en el mismo o quienes lo recuerdan desde otros lugares. Son tantas y tan diferentes que ha sido difícil hacer una selección. He comenzado eligiendo a escritoras de diferentes territorios, con distintos registros, algunas incluso poco conocidas por el gran público, para que nos dejen una visión personal de su propia tierra a la que yo aportaré un mínimo acercamiento geográfico así como la aproximación personal a cada una de ellas, en un intento de que ese descubrimiento que os propondremos semana a semana sea doble, y lo sea desde el sentimiento y la emoción. Como decía hay muchas más; si la propuesta tiene éxito, prometo que seguiré intentando ampliarla en próximas ocasiones. De momento, además de mí misma que me acercaré a tierras maragatas, las citas de las próximas semanas será para descubrir aspectos de diferentes comarcas bajo la visión deConcha González (Tierras de La Bañeza), Sol Gómez Arteaga (Tierra de Campos), Macu García (Cistierna. Montaña de Sabero), Vanesa Díez (zona del Torío), Nohelia Alfonso (Comarca de Gordón), Elvira Mtnez. Ropero (Tierras de León), Mónica Calvo (Cepeda), Mercedes Fisteus (Laciana)y Raquel Villanueva (Bierzo). Por ellas seguiremos recorrido tratando de abarcar una amplia zona y enlazando unas con otras trazando un patrón que me ha parecido coherente, mientras os mostramos lugares tal vez poco vistos bajo los ojos de quien escribe sobre los mismos. Una forma diferente de viajar.

La comarca

Y una vez presentada meramente la serie, daremos comienzo a la misma aunque en este caso lo hagamos por un lugar atípico, en el sentido que comienza justo en el corazón de la provincia, en la comarca maragata, y es que siendo yo de Astorga y responsable de la edición de esta serie, lo suyo era aprovechar esta primera cita completando mi participación en la misma. Por otro lado la circunstancia de la localidad como “cruce de caminos”, en la que confluyen diversas comarcas paso obligado hacia otras provincias situadas en los distintos puntos cardinales, puede darle también su sentido. Sin embargo no voy a centrarme en Astorga, sobre la que tanto se ha dicho, sino más bien en la comarca a la que más se la asocia, Maragatería, de la que solo diré que sigue siendo tierra llena de misterios, que nos ofrece bellos pueblos y aún más hermosos paisajes, con la referencia siempre mágica del Teleno, capaz de despertar el interés de quienes la habitaron ya desde antes de los romanos. En concreto os llevaré a un nombrado pueblo, Castrillo de los Polvazares, sin duda en la mente de muchos, simplemente para invitaros a través de mi texto a descubrir sus más íntimos rincones; porque Castrillo es mucho más que el pueblo del cocido maragato y uno de los pueblos más bonitos y singulares de España: es piedra, es silencio, es color, es paisaje, y es alma aunque lo encontremos lleno de gente o con sus calles totalmente desiertas. Un lugar para descubrir y sentirmucho más de allá de lo que habitualmente se nos vende del mismo.

Los ojos que la miran

Llegados a este punto, siempre me resulta raro tener que hablar demí misma. Aunque sea porser fiel a la estructura dada a esta sección sí diré que, en mi hacer literario, me considero doblemente marcada por mi origen y mi tierra. Por un lado, Astorga es una ciudad literaria por naturaleza, inspiradora de prosa y versos a propios y extraños. Crecer en sus calles llenas de historia, transitar por donde antes transcurrieron tantos escritores, beber de sus historias,..., han dejado sin duda impronta en mis versos y en mis relatos.Por otro lado, mi mirada siempre puesta en el Teleno, en las tierras que desde el horizonte vigila, tan llena de misterios, además de inspirarme para algunos de esos textos, me ha dado también la paz necesaria para dar forma a mis palabras y con ellas crear, pero también rescatar la figura de algunas de esas mujeres que por aquí pasaron antes que yo descubriendo su magia y sintiéndose inspiradas para escribir hermosos poemas como Manuela López García o crear magníficas novelas como Concha Espina. También de su huella soy, sin duda, deudora.

Por lo demás, encontraréis mi rastro bio-biblográfico en mi blog personal ‘http://entrepalerasyencinas-mercedesgrojo.blogspot.com/

La fuente de los enamorados

Pasear por las calles tranquilas de Castrillo de los Polvazares, perderme por sus rincones y paisajes es algo que siempre me ha dado paz, la de saber que en cualquiera de ellos permanece el espíritu de mi padre que los vivió siendo niño, que los sintió y amó en lo más profundo de su corazón y que, también desde niña, logró contagiarme con tales sentimientos, sentimientos que aún hoy me acompañan.

Castrillo es para mí ese lugar de referencia al que volver siempre, ya sea física o mentalmente. Da igual que “algunas” de sus gentes me consideren ajena al mismo; yo sé que forma parte de mi ADN y que sus piedras, sus sonidos y sus silencios, sus olores, sus colores son en gran medida el alimento de mi inspiración literaria, esté o no relacionada con él directamente.Y como lo hermoso y lo bueno hay que compartirlo, si a menudo me he perdido en soledad por sus calles y rincones para poder respirar hasta lo más hondo, tambiénlas he mostrado a otros intentando hacerles descubrir la belleza de sus pequeños rincones, aquellos que a quien se deja caer por los lugares con alma de turista suelen pasarle desapercibidos.

Entre mis lugares preferidos para mantenerme a salvo del bullicio que enciertas fechas y momentos suele acompañar el devenir del día por sus calles, uno muy especial: la Fuente de los enamorados. La extrañeza de algunas personas del pueblo al oírme nombrarla así, cuando en realidad se llama Fuente Nueva o del Caño, me hizo sospechar que ese nombre respondía al particular capricho de mi padre, que me contaba de los muchos noviazgos que allí habían dado comienzo, mientras las mozas acudían a la misma al caer la tarde para llenar de agua sus cántaros y los mozos se acercaban a requebrarlas. Y es que ya es sabido que la luz del ocaso es la hora del día más propicia para destacar la belleza y, por tanto, más proclive a incendiar la llama del amor.

Este era el lugar donde él ser refugiaba cuando había baile maragato en el pueblo -al que no era nada aficionado –, para evitar participar. Hoy es también uno de mis refugios cuando necesito aislamiento e inspiración. Se encuentra esta fuente a uno de los lados del pueblo, bajando hacia el río Jerga por el camino que va al cementerio, dejando tras de sí la impresionante mole de una de las iglesias más monumentales de la zona. A mano izquierda, tras un pequeño puente que atraviesa su corriente, hoy prácticamente seca gran parte del año, se levanta una pequeña construcción de corte neoclásico, de la que sale el caño que antaño abastecía de agua a la mayoría de las casas del pueblo. Rodeada de un murete que sirve como bancada de piedra, y suelo enlosado, constituye un tranquilo lugar con el pueblo a un lado y la vegetación ribereña al otro, en el que hacer un pequeño descanso odedicarse un tiempo personal para una tranquila lectura o unos minutos para dejar volar nuestra imaginación porlos pequeños detalles que Castrillo nos ofrece si elevamos nuestros ojos hacia las chimeneas y remates de sencilla pero hermosa factura que culminan sus tejados mientras escuchamos el próximo crotorar de las cigüeñas o el zumbido de las abejas de alguna colmena próxima. Eso sí, siempre que las circunstancias climatológicas no hagan que se encuentre inundada.

No saciaremos nuestra sed en el agua de su caño, pues ya hace mucho tiempo quepermanece seco, pero sí nuestra sed de tranquilidad lejos, por un momento, del bullicio de la vida cotidiana a la que generalmente vivimos sometidos, alejándonos de las rutas que habitualmente nos marcan los circuitos turísticos.

Nuestra recomendación para esta semana. La próxima, otra diferente.
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