García Marín renueva el birrete negro

Juan Francisco García Marín revalidó en las elecciones de este jueves el cargo de rector de la Universidad de León (ULE). El catedrático de Sanidad Animal se impuso en todos los estamentos y contó con una holgada ventaja del 58,3 por ciento frente al 41,7 por ciento de su rival, el catedrático de Derecho Juan José Fernández Domínguez.

Sobre los primeros pasos de su segundo mandato, García Marín señaló instantes después de conocer su victoria que la prioridad es combatir la "emergencia" del coronavirus y afrontar la organización de la institución académica ante su más que probable cierre. En el apartado académico aseguró que habrá una reforma en profundidad del Estatuto de la ULE. "Habrá una reforma completa del Estatuto. Tal y como está hay que tocar desde la primera página", valoró el catedrático de Veterinaria.

El catedrático de Veterinaria se impuso en su facultad pero también en otras como Minas, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Educación, Agrícolas y Trabajo Social, así como con una notable diferencia en el Campus de Ponferrada. La balanza terminó por decantarse para el equipo de García Marín con su cómoda victoria entre los doctores y el profesorado permanente, que supone más de la mitad del voto ponderado y en el que obtuvo un respaldo de 286 votos frente a 205. En el resto del Personal Docente e Investigador (PDI), el candidato a la reelección se impuso por 226 apoyos a 142. El resultado en el personal de administración y servicios (PAS) también se declinó del lado de García Marín por 238 a 198 votos.

Fernández Domínguez felicitó al vencedor en unas declaraciones a la prensa en las que le deseo suerte, asegurando que "su suerte será la de la ULE". De esta manera, García Marín afronta cuatro años más al frente del Rectorado con la confianza reforzada y con el horizonte de cumplir el objetivo número uno de su programa: 'seguir creciendo'.

La jornada electoral transcurrió sin mayores incidencias y la participación se situó en un 38,9 por ciento, siendo especialmente alta entre el profesorado. Entre la comunidad estudiantil, sin embargo, el porcentaje de votantes cayó a menos de un tercio del censo.