Es costumbre de esta sección despedir el año, la última entrevista, recuperando a alguno de los personajes que a lo largo de los últimos doce meses han pasado por esta página y que, de paso, sea él quien felicite las fiestas y nos desee lo mejor para el año que ya se asoma en el horizonte, el 2026 en este caso.
El de este año es Firmo, el veterano acordeonista de Quintanilla de Babia, 96 años a punto de cumplir 97, una institución tocando este instrumento.
- Firmo, te hemos elegido para que despidas el año, felicites las fiestas y nos toques algún villancico...
- ¿Y quién mejor que Firmo para ese cometido?
Y se pone, sin necesidad de rogarle, a buscar la melodía de alguno de los clásicos de la Navidad, que no tarda en encontrar... «toda la vida dedicado a ello, faltaría más», razona este paisano que siempre tiene la acordeón a punto.
Y los recuerdos.
A punto de cumplir los 97 años, con excelente humor, sigue viviendo solo en su casona antigua, que bien podría ser un centro de memoria de la vida en estas tierras durante muchos años; con la cocina prendida, la vieja pila del agua —«que tendrá 400 años, por lo que me han dicho»—, escaleras que suenan al subir y bajar, perros y gatos por el corral y muchos objetos que allí permanecen de los muchos años que en los bajos de la casona estuvo una de las tiendas del pueblo. Allí está la tradicional báscula blanca, madreñas, zapatillas, jabón Lagarto, paquetes de puntas de todas las medidas... y mil pequeños detalles que Firmo va adornando con alguna historia, con recuerdos de cuando decidió irse a Madrid a perfeccionar sus estudios de acordeón, cuando sacó matrícula de honor, regresó a Quintanilla y recorrió todo el norte del país con algunas de las más celebradas orquestas de la época. Al margen de tantas veladas, fiestas y bailes con el único sonido del acordeón.
- ¿Y ahora, Firmo?
- Pues más acordeón. Y lo que venga. Os toco un villancico.