Zamora: una ciudad rodeada de paisajes arcaicos

Con el románico como seña de identidad, es una ciudad que conserva un paisaje rural después de muchos años de tradición agrícola y ganadera

04/07/2025
 Actualizado a 04/07/2025
Zamora ofrece una composición única de elementos urbanos y rurales. | AYTO. ZAMORA
Zamora ofrece una composición única de elementos urbanos y rurales. | AYTO. ZAMORA

Cada sociedad genera un paisaje característico en el que se refleja, de ahí su denominación ‘paisaje cultural’, que incluye la totalidad de la vida humana, lo material y lo espiritual, la producción de alimentos, la ganadería y agricultura. Por tanto, forma parte del patrimonio social y de su propia identidad. Los indudables valores patrimoniales y naturales de la ciudad y de la provincia de Zamora se han forjado a base de una singular situación territorial. A menudo se ha definido Zamora como una encrucijada y es cierto que los caminos de la historia se entrelazan en su solar. 

Pero esta definición es mucho más profunda y tiene su origen en la excepcional riqueza de su territorio que supieron ver y explotar cuantos pueblos habitaron la Península Ibérica. Descifrar el paisaje y leer su historia es conocer la otra parte del patrimonio, esas obras conjuntas del hombre y la naturaleza, la ciudad, sus monumentos, los arcaicos paisajes que rodean a la ciudad desde Sayago y Aliste hacia Terras de Trás-os-Montes en Portugal. 

Zamora es un magnifico ejemplo que invita al viajero a la experiencia de tocar de una manera directa – a través de testigos que han sobrevivido durante siglos - la evolución del engranaje entre ciudad y territorio por ejemplo por las corredores de las cañadas, la trashumancia de la Vía de la Plata y de Sanabria, la forma urbis de esa ciudad de Zamora. Te encuentras con una composición de elementos urbanos y rurales, una de las pocas ciudades auténticamente románicas con su origen medieval y su continuidad sin convertirse en ciudad renacentista o barroca. Hasta hoy día el románico es su señal de identidad, pero un municipio en un paisaje agrario, de bosques y arroyos, todavía con elementos diferentes a la ganadería y agricultura industrial, un paisaje cultural extenso, con suaves transiciones, una unidad de paisaje que se extiende por la provincia. 

Un paisaje también en peligro con amenazas mortales por un aprovechamiento sin planificación para satisfacer las necesidades energéticas sin límite, la producción industrial de ganadería y además, la última amenaza, la devastación de parte del territorio por actividades mineras. 

Paisajes humanizados por la actividad agrícola y ganadera

A pesar de lo que nos viene encima, por el momento Zamora es un pequeño reducto de una producción agraria tradicional que ha sido sustento de la sociedad que a lo largo de siglos, ha manejado los recursos naturales y el territorio. Guarda ejemplos de la diversidad de economías familiares, las casas y los huertos, el ganado autóctono o los cultivos leñosos como el viñedo antiguo, primordiales para la conservación del suelo. Son ejemplos que han servido a la producción de alimentos dando forma al territorio y al paisaje agrario histórico en el termino municipal de la ciudad y a las comarcas zamoranas. Algunos destacan por su riqueza en biodiversidad por los continuos corredores verdes, como los cortineos, con sus tapias y cercas como elementos de intercomunicación, las dehesas, los aprovechamientos agrosilvopastoriles extensivos, la trashumancia, las vías pecuarias y los montes comunales que son sistemas de alto valor ecológico y ambiental. 

Zamora ofrece al viajero paisajes humanizados, que son el resultado de miles de años de actividad agrícola y ganadera. Es un paisaje que mantiene sus condiciones naturales, pero que se encuentra en una transición con la continua adaptación a las formas nuevas de producción. La intensificación de la agricultura y la ganadería ha permitido una mayor producción, pero a expensas del medio ambiente y las prácticas tradicionales que han dado forma a los paisajes agrarios tradicionales, un patrimonio colectivo. 

zamora Las Aceñas de Olivares fueron, molinos de la industria harinera del siglo X.
zamora Las Aceñas de Olivares fueron, molinos de la industria harinera del siglo X.

El viajero puede observar que en Zamora todavía cuenta con prácticas tradicionales sostenibles caracterizadas por cultivos y ganadería extensiva y trashumante, con explotaciones de pequeñas dimensiones, que nos enseñan en la actualidad un modelo de producción de alimentos que se ajusta al entorno más cercano, integrando los valores de conservación reconocibles en términos de especies, hábitats y paisajes. 

Zamora es un reducto de practicas tradiciones que no solo documentan el patrimonio cultural de siglos en la formación de paisajes, sino que ofrece conocimientos, practicas o estrategias de como vivir y producir sin la destrucción de los servicios de los ecosistemas, como biodiversidad, regulación del clima, agua, alimentos ect… Cuenta con un conocimiento que en un futuro próximo puede garantizar la supervivencia de la humanidad. Zamora guarda restos de una realidad ecológica que forma una parte intrínseca del patrimonio cultural. 

Disfrutar estos paisajes, gozar los alimentos que generan y pasar algunos momentos en los imponentes espacios sacrales del patrimonio construido trasmite al viajero una experiencia de placer y aprendizaje que puede cambiar su vida.

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