A escasos kilómetros de la ciudad de León, el municipio de Valverde de la Virgen se ha establecido como un punto neurálgico en el Camino de Santiago dentro de la provincia. Su ubicación estratégica, justo antes de que los peregrinos dejen León para adentrarse en las regiones más occidentales, convierte a Valverde en un lugar crucial de transición, descanso y toma de decisiones. El rico patrimonio, una profunda tradición religiosa y una completa red de servicios diseñada para el caminante, son los pilares que definen el espíritu acogedor de este enclave imprescindible en la ruta jacobea.
El Camino de Santiago llega al municipio a través de La Virgen del Camino, donde el peregrino se encuentra con una decisión que marcará el resto de su recorrido: tomar la ruta norte o la ruta sur.
La denominada ruta sur sale desde La Virgen del Camino hacia Fresno del Camino, donde se bifurca de nuevo: una opción lleva hacia Oncina de la Valdoncina y, desde ahí, en dirección a Villar de Mazarife; la otra continúa por Robledo de la Valdoncina y Aldea de la Valdoncina, para después conectar con la Estación de Villadangos. Por su parte, la ruta norte sigue paralela a la N-120 con dirección a Astorga, pasando por Valverde de la Virgen y concluyendo su tránsito por el municipio en San Miguel del Camino, antes de adentrarse en Villadangos del Páramo.
Además de su posición estratégica en el trazado jacobeo, Valverde de la Virgen se ha consolidado como un lugar acogedor y bien preparado para el descanso del peregrino. Su oferta de servicios es amplia y está pensada para facilitar la parada al final de una etapa: es posible alojarse, reponer fuerzas en sus bares y restaurantes o simplemente detenerse a respirar en enclaves cargados de espiritualidad.
En este sentido, uno de los puntos de referencia para los caminantes es el albergue de peregrinos D. Antonino y Dña. Cinia, inaugurado en 2006 en La Virgen del Camino. Ubicado en una zona tranquila y muy próxima a la basílica, el albergue ofrece 40 plazas y cuenta con instalaciones adaptadas para personas con movilidad reducida, además de un jardín cuidado, pensado para el descanso y la reflexión. No es solo un lugar donde pasar la noche: muchos peregrinos encuentran allí compañía, conversación y orientación para continuar el camino.
Precisamente junto a este albergue se alza uno de los mayores símbolos del municipio: la imponente Basílica de La Virgen del Camino, patrona de todos los leoneses. Construida entre 1957 y 1961, esta obra de vanguardia arquitectónica está reconocida como Bien de Interés Cultural y es considerada uno de los mejores ejemplos de arte sacro contemporáneo. Su diseño, de forma rectangular, evoca un gran sepulcro que cobija al resucitado, mientras que su campanario de 53 metros de altura se eleva como un auténtico símbolo de fe.
Las esculturas y puertas de bronce, realizadas por el renombrado artista José María Subirachs, y las vidrieras del catalán Ràfols Casamada, fabricadas en Chartres por Gabriel Loire, confieren al edificio un carácter único. Cada mes de octubre, miles de personas peregrinan hasta este santuario con motivo de la festividad de San Froilán, una cita en la que se mantiene viva la tradición de acariciar la nariz del santo, besar el manto de la Virgen y comprar los populares “perdones avellaneros”.