Ponferrada dio la bienvenida este viernes a doce nuevos bomberos que se suman a la plantilla del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (S.P.E.I.S). Todos participaron en un acto de toma de posesión presidido por el alcalde Marco Morala y, entre ellos, destaca la presencia de Carla García, la primera mujer que forma parte del cuerpo.
Con estas caras nuevas, la plantilla del servicio asciende hasta los 36 integrantes, una cifra todavía insuficiente en opinión de su jefe, Olivier Bao, quien considera que todavía es necesario incorporar a seis más.
Precisamente, Morala se comprometió a trabajar para cumplir este deseo, aunque ya se muestra seguro de que Ponferrada tiene "el mejor parque de bomberos de Castilla y León y con el mejor jefe de bomberos de Castilla y León al frente".
Según destacó en su intervención previa al acto de toma de posesión, este es "un cuerpo ejemplar. Lo hemos vivido recientemente pero quiero destacar dos momentos en los cuales han estado no a la altura, sino mucho más allá de a la altura. En primer lugar, cuando se produjo aquel terrible episodio de la Dana en Valencia y con un carácter humanitario y solidario se desplazaron para ayudar a nuestros compatriotas castigados por esa catástrofe. Y, recientemente, estas semanas en las que hemos vivido en nuestro propio municipio estos terribles incendios forestales que en primer lugar nos han causado el fallecimiento de un brigadista y desalojos de vecinos, pérdidas de patrimonio y pérdidas de medio rural, pero nuestros bomberos han estado otra vez más allá de lo que se les puede exigir en el cumplimiento de su deber".

Rompiendo barreras
Rodeada por once hombres, también recibió su casco Carla García Mencía. Tras quedar novena entre los aspirantes admitidos, se convirtió en la primera mujer en superar las pruebas de acceso.
Carla obtuvo la máxima puntuación posible en el apartado de méritos por otros títulos habilitantes, que comprende méritos como un título náutico y ser piloto de dron. Esto se une a la puntuación que le otorga estar en posesión de un grado universitario y, por supuesto, a haber superado las pruebas físicas con un 7,8 de calificación.
El jefe del cuerpo aseguró que será juzgada y valorada con exactamente los mismos criterios que los hombres, comenzando por los tres meses de periodo de formación "muy intenso" al que se deberán someter los doce nuevos bomberos para, a partir de enero, poder funcionar ya con total normalidad.