Con las casetas precintadas tras ser cerradas a última hora después del plantón 'in extremis' de los hosteleros, la Plaza del Ayuntamiento de Ponferrada acoge este martes la programación de actividades diseñadas por la Junta de Castilla y León para celebrar el día de la comunidad por primera vez en doce localidades diferentes. Con el propósito de hacer más accesible la participación de toda la sociedad en el festejo, según justificaba la propia administración autonómica, la capital berciana alberga una serie de eventos culturales, deportivas y gastronómicos a lo largo del día.
Este último ámbito, el gastronómico, fue el que más dio que hablar en los días previos a la fiesta por la 'imposición' que denunciaban los hosteleros ponferradinos por parte de la Junta, que quería instalar unos puestos frente al Consistorio que, según la Asociación de Hostelería Bierzo, harían "una competencia desleal y rastrera" a los establecimientos instalados en esta zona de la ciudad. Precisamente, para apagar este incendio, el Ayuntamiento actuó como intermediario y consiguió que fueran cinco restaurantes de la Plaza (el Trastevere, el Lúa, el 7 Sillas, La Violeta y el Liébana) los que asumieran la gestión de la feria, aunque ahí no terminó el problema. En la tarde del lunes, horas antes del 23 de abril, estos hosteleros se plantaron denunciando que el acuerdo que ellos habían aceptado era ofrecer las tapas en sus propios locales y no en las casetas que se estaban comenzando a levantar delante de ellos, por lo que comunicaron públicamente su decisión de no ocuparlas.
Tras esta noticia concluyó el lunes y comenzó el Día de Castilla y León. Ya en las primeras horas de la jornada, las únicas casetas abiertas en la Plaza del Ayuntamiento eran las de la Feria del Libro que se desarrolló simultáneamente, dando colorido a este área mientras, al lado, los 'stands' que la Junta trató de imponer se encontraban apartados y precintados. Así pues, los establecimientos sí ofrecieron sus tapas durante todo el día, pero en sus propios locales. El Trastevere eligió botillo berciano; el Lúa, empanada berciana; el 7 sillas, chocos en su tinta; La Violeta, croquetón de botillo con miel de pimentón; y el Líebana, empanada.
Respecto a las actividades deportivas, a las 11:00 horas tuvo lugar una carrera popular de cinco kilómetros a la que se apuntaron alrededor de 230 personas y, más tarde, se desarrolló una marcha familiar de un recorrido más escaso: un kilómetro y medio. Después de ambas pruebas se produjo la entrega de premios a los ganadores y se celebró el acto institucional, el cual provocó la crítica del presidente del Consejo Comarcal del Bierzo y portavoz del PSOE de Ponferrada, Olegario Ramón, quien lamentó que a las 12:35 horas, es decir, más de media hora después de haber sido citado y de acudir "por lealtad institucional", "todavía no había comenzado", así que "me despedí educadamente". De esta forma lo reprochó el socialista en su perfil de X (Twitter), donde también incluyó un comentario que muestra su enfado: "Desprecian al Bierzo y a su representante. ¿Libertad y alegría? No me j...", afeó.
Y es que la "libertad" y la "alegría" fueron dos de las palabras más repetidas un rato después por el consejero de la Junta, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y por el alcalde de Ponferrada, Marco Morala. El responsable del área de Medio Ambiente en la comunidad llegó a la capital berciana procedente de León pasadas las 13:30 horas y, a su llegada, celebró que se haya abierto la posibilidad de celebrar el día en otras ciudades más allá de Villalar. "Son actos festivos que significan una novedad y una oportunidad", añadió mientras señalaba continuamente a esa "libertad" que "no puede ser coartada como sucedió en León" instantes previos a su entrada en Ponferrada.
El consejero destacó el ambiente que vio en la Plaza del Ayuntamiento y, respecto a la polémica originada con los hosteleros, lamentó "las actitudes y las intervenciones de terceros interesadas en que esto no saliera bien". No obstante, él sí consideró que los actos fueron un éxito "con amplia participación ciudadana y un ambiente festivo", si bien también reconoció que "es un nuevo modelo de organización que, si tiene errores de gestión, habrá que ir perfeccionándolo".
Por su parte, Marco Morala, en nombre de los ponferradinos, quiso enviar un mensaje de felicitación por el Día de Castilla y León "a todos los leoneses y a todos los castellanos" y señaló que es una fiesta "que cada uno vive desde su sentimiento pero que no debe ser impuesto a nadie ni celebrarla ni lo celebrarla". Para él, esta extensión de los actos a otras ciudades es "una buena apuesta de la Junta", y aprovechó para criticar a otros grupos "a los que se les llena la boca hablando de descentralizar administraciones, servicios o efemérides pero que, cuando llega el momento de las realidades, no saben estar a la altura".