Fontoria no consigue recuperar su bar ni licitándolo a 70 euros

Lleva 30 años sin tener este servicio y el Ayuntamiento ha querido acabar con esta carencia pero nadie se ha interesado por él pese a sus posibilidades de restaurante. Ahora se plantea una relicitación pero sin rebajas

24/07/2025
 Actualizado a 24/07/2025
Edificio donde se ubicaría el nuevo bar restaurante. | VALENTINA SANTIAGO
Edificio donde se ubicaría el nuevo bar restaurante. | VALENTINA SANTIAGO

En el rincón más occidental del municipio de Fabero, la pedanía de Fontoria lleva tres décadas sin el latido cotidiano que marca la apertura de un bar. Un vacío que trasciende lo gastronómico y se convierte en símbolo de la emergencia demográfica y social que afecta a gran parte de la España rural. Hace apenas unas semanas, el Ayuntamiento de Fabero trató de revertir esta situación: anunció en el Boletín Oficial de la Provincia de León (BOP) la concesión demanial del local en la planta baja del antiguo Centro Cívico (antiguas escuelas), el único espacio público con suficiente envergadura para un bar-restaurante. Sin embargo, aquella subasta al alza inversa -70 euros al mes, con todos los suministros incluidos- quedó desierta.

El anuncio establecía un canon mínimo de 840 euros anuales, pagadero en cuotas mensuales de 70 euros, y convocaba a emprendedores o hosteleros a presentar sus propuestas hasta el 22 de julio. El pliego, abierto a todo tipo de aspirantes, valoraba la experiencia, la formación, las mejoras ofrecidas para el inmueble y la oferta económica. A cambio, el adjudicatario recibiría un local completamente acondicionado: cocina equipada, barra y mobiliario interior para 46 m² útiles, más la terraza exterior, el único espacio al aire libre de la localidad.

Sin embargo, ni la promesa de un canon casi simbólico ni la infraestructura “llave en mano” lograron atraer ofertas. La causa, según la propia alcaldesa, reside en la pérdida de hábitos sociales. “Ya no hay costumbre de bar”, explica Mari Paz Martínez. “Durante treinta años se ha cerrado esa rutina y ahora cuesta recuperarla.”

El edificio donde se ubicará el futuro establecimiento nació como escuela y hoy alberga, además del local hostelero, el consultorio médico. Su calle Benavente conecta los pocos hogares dispersos por la ladera con la única parada de transporte público y, en verano, con las decenas de visitantes que regresan a la aldea. Estos meses, la población, que no pasa de 80 empadronados, se multiplica: familiares y veraneantes rescatan viejas tradiciones en las fiestas y en las tertulias al fresco.

La regidora lamenta que no se hayan visto las posibilidades de este negocio que es también restaurante "y podría llevar el catering a toda la zona de Ancares. Tiene muchas posibilidades", añade.

Por eso lejos de dar por perdido el proyecto, el Ayuntamiento prepara ya un segundo intento de licitación, sin tocar, eso sí, el precio del canon: “Imposible rebajarlo más; haríamos inviable el mantenimiento del inmueble", advierte Martínez.

El nuevo pliego incluirá, como el primero, cláusulas para garantizar la continuidad del servicio: el bar deberá abrir al menos seis días a la semana (con el día de cierre entre lunes y viernes), mantenerse operativo todo el año y ofrecer un horario mínimo de mediodía (12:00) a noche (21:00). Además, los adjudicatarios estarán obligados a colaborar con las asociaciones vecinales en la celebración de actividades culturales y lúdicas, como bailes o juegos de mesa para la tercera edad.

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