"Me llamo Fina y soy del corazón de Las Médulas", así se presentaba Fina Gómez ante la manifestación que en Ponferrada reclamaba el paso a nivel 3 de la tragedia de los fuegos y un cambio en la gestión de los mismos. Una mujer con garra que lloraba por todas las tierras ardidas y pedía perdón por no estar ayudando a apagar los fuegos en ese momento.
Fina recordaba que en 1997 se nombraron las Médulas como Patrimonio de la Humanidad "nos entregaron ilusiones y nos han devuelto ceniza", decía lamentando que la llamas hubieran quemado también todas esas pretensiones de futuro que se tenían en el paraje. "Nos han engañado, no es un Patrimonio de la Humanidad, es un patrimonio del abandono, lleno de falsas promesas y mentiras", afeó.
Y compartiendo su dolor con todos los que han perdido su vida bajo las llamas, Fina lanzaba un deseo "no quiero que esto se quede impune. Han quemado las ilusiones que habíamos puesto en ese Patrimonio. No quiero ver sufrir a estas comarcas".
La vecina de Médulas pedía a las administraciones "que le den el prestigio que se merece y que nunca le dieron" a esa zona.
Y hacía un alegato a la unidad "el pueblo salva al pueblo. Son momentos de unión, no de rencillas", apuntaba con un "viva El Bierzo" a voz en grito que quiso que llegara a todas las zonas donde aún están peleándose por no ser pasto de las llamas.