La Térmica Cultural ya está vestida de Sorolla por los cuatro costados de su sala de condensadores. Un hito y un reto, reconocía la encargada de recopilar toda la obra expuesta, Alicia Vallina, porque "es la primera vez que la obra de Sorolla se ve en un espacio industrial así", aseguraba en la apertura de la muestra.
Un espacio que no quería comerse a Sorolla "era difícil ajustarlo y que el continente no se comiera al contenido". Pero al final la muestra aporta y recibe de la antigua central térmica ponferradina, que, incluso coincide con ella en esa postilla del nombre de la muestra ‘Sorolla a través de la luz. De la tradición a la modernidad’. La directora del área de museos, patrimonio y cultura y comisaria de la exposición, Concepción Fernández aseguraba que ambos, Sorolla y La Térmica dan ese paso de la tradición a la modernidad que hace especial esta muestra única que se trató con mimo desde el inicio.
"Es una gran apuesta por la cultura", aseguró Fernández, agradeciendo ese empuje del Gobierno central, al igual que hizo la directora de Ciuden, Yasodhara López. Es más, considera que es "un hito para La Térmica" que hace que este edificio de un paso de gigante "nunca en Castilla y León había habido algo así tan cerca".
Ponferrada se convierte, del 30 de mayo al 13 de octubre, en la casa de la obra de Soralla, con 40 obras traídas de 21 lugares distintos, tanto entidades públicas como privadas que las han cedido, una parte de ellas inéditas y que se expondrán por primera vez como "Duelo en una hostería" de 1887.
La exposición se articula en cuatro grandes áreas, la primera, la que tiene que ver con sus comienzos, tras quedarse huérfano, pasar a vivir con sus tíos y trabajar para un fotógrafo, lo que tatuó su obra con esos enfoques de luz estudiados. Es la época en la que estudia a Velázquez, de 1881 a 1887. La segunda tiene que ver son su actividad como retratista, en la que hizo más de 800 obras y no solo de la clase alta, sino también de sus tres hijos y de su esposa Clotilde.
La tercera parte es la que le une al mar, la más conocida, y en la que se pueden ver dos obras del Museo de San Telmo, en San Sebastián. También aparece otra obra cedida por el Museo Universitario de Navarra, La Red que nunca se ha expuesto fuera y que da cuenta del matrimonio de Sorolla con el mar.
Y la cuarta parte es la que vincula a Sorolla con Castilla y León, por el encargo que se le hizo de realizar 14 paneles por 150.000 dólares y que comenzó con la Fiesta del Pan en 1913, pero que incluye obras en Astorga y las realizadas en su viaje a León de 1902 a 1904.
La obra ‘Interior de la catedral de León’ fue la que primero se colocó en la muestra que incluye también una parte de indumentaria y bisutería que unen a Sorolla con su retrato de las tradiciones de la época.
"Se muestra la parte más tradicional y la parte más tecnológica", explicó Fernández, porque la música acompaña a las obras y las nuevas tecnologías permiten acompañar a Sorolla a su estudio o a la playa de la Malvarrosa a pintar.
La realidad virtual y sensorial es otra de las partes que ha estado en Madrid y Valencia, pero la obra original es inédita, realizada para La Térmica y fue presentada por el director de Light Art Exhibitions, Gonzalo Saavedra. Asegura que, al final, son "tres exposiciones en una" con estas dos patas a mayores que permiten estar al lado de Sorolla en la playa o en su estudio. La parte sensorial fue vista en Madrid por más de 183.000 personas, con cerca de mil imágenes reproducidas, y en Valencia la vieron 53.000 personas con las que ambas suman la muestra por el centenario del fallecimiento del artista con más visitas.
La muestra da su pistoletazo de salida para el público el 30 de mayo, y se puede ver de forma gratuita, aunque para la parte visual hay que establecer cita.
