Un modelo alternativo para Las Médulas, paraje Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que fue pasto de las llamas el pasado verano, es el deseo a Papá Noel de la Alianza Bierzo Cabrera, una plataforma que cada vez cobra más fuerza. Esta necesidad es un clamor para las diversas entidades y particulares que conforman esta plataforma que nació como respuesta a la grave crisis social y económica que atraviesan las comarcas tras los incendios, agravada por un "abandono institucional" prolongado.
El nuevo modelo para Las Médulas debe colocar a la opinión social en el centro, según asevera la portavoz del colectivo, Nancy Prada: "No se puede diseñar ningún futuro de un territorio y de las personas que lo habitan sin escucharlas. Actualmente no hay ningún espacio de participación, no hay nada donde vengan voz las juntas vecinales, las asociaciones de vecinos, los agentes del territorio, los empresarios turísticos o los hosteleros. La participación de, al fin y al cabo, los dueños del territorio, es esencial es un modelo de gestión. No se pide decidir, pero sí participar", explica.
En la última reunión celebrada de la Alianza el pasado jueves, se puso de manifiesto "la decepción, el duelo, el desarraigo y la tensión en todo el entorno de Médulas". Por ello, se encuentran recogiendo ideas y testimonios a pie de calle para generar este espacio de participación y poder marcar unas pautas más eficaces de cara a un nuevo modelo, pues "hasta ahora está claro que ha sido fallido". La plataforma nació en agosto expresando rebeldía para limpiar los parajes pese a las sanciones que pudieran interponer las administraciones, y esta amenaza sigue viva, tanto que después de las Navidades habrá convocatorias para limpiar y ordenar los espacios.
Desde su primera mesa de trabajo celebrada en octubre con más de treinta asociaciones, agentes sociales y entidades de las comarcas, la Alianza Bierzo Cabrera continúa andando cada vez con más fuerza y componentes. El cambio radical en la forma de gestionar una de las mayores joyas del territorio berciano es, seguramente, el objetivo más importante en el corto plazo que se fija este colectivo, si bien sus redes tocan múltiples ámbitos. Para abarcar todos ellos, se han dividido formalmente en seis grupos de trabajo, cada uno con especialistas de cada rama: Economía y Soberanía Productiva, Territorio y Sostenibilidad, Autogobierno e Infraestructuras, Cultura, Turismo y Justicia Social. Todos ellos servirán de base para diseñar un modelo de desarrollo local que ponga en valor los recursos del territorio, la economía circular y la protección del patrimonio como pilares de lo que definen como "la única economía viable para el siglo XXI".
La apertura de un espacio de observatorio para estar pendientes de las amenazas del mobbing y del bullying, el soporte a mujeres víctimas de violencia de género, migrantes y menores, el voluntariado para favorecer la regeneración postincendios, el diseño de planes de estudio sobre la amenaza del oso en entornos como Peranzanes, la limpieza de vertederos improvisados como en la carretera del Pantano de Bárcena o la configuración de ciclos de cine en el ámbito cultural son algunas de las tareas que se encuentran ejecutando todos estos grupos de trabajo de la Alianza, compuesta ya por cerca de cuarenta entidades.