«Deberíamos cuidar más a Gil y Carrasco, él es nuestro Cervantes»

En unos días será el rostro de Enrique Gil y Carrasco en ‘Nocturnos con Niebla’, el proyecto teatral que la compañía ponferradina Conde Gatón le dedicará en este ‘Año Romántico’ al segundo centenario del nacimiento del escritor berciano más ilustre. La obra es un texto de Ovidio Lucio Blanco sobre las diferentes etapas en la vida de Gil y Carrasco, que se representará en el teatro Bergidum de Ponferrada del 25 al 28 de febrero. Luis Alija tiene 23 años, es ponferradino pero está afincado en Gijón, donde estudió Arte Dramático. Ha escrito textos teatrales y ha fundado su propia compañía, Saltantes Teatro. Ahora, reparte su tiempo entre este proyecto de su tierra con su actividad profesional en Asturias.

- ¿Qué es ‘Nocturnos con Niebla’ y qué va a mostrar a los espectadores?
Es un proyecto muy completo, un gran estudio de mucho tiempo de trabajo, que Ovidio Lucio Blanco hizo sobre Gil hace ya años. Cuenta tres etapas diferentes de su vida, una en Ponferrada, otra en Madrid y su muerte en Berlín. Es una obra perfectamente hilada y donde no sobra nada. Creo que los espectadores podrán conocer algo bonito.

- ¿Cómo llegó al proyecto de la compañía Conde Gatón?
Me enteré del casting que la compañía realizaba para elegir el reparto y a las dos semanas recibí la propuesta de representar al personaje de Enrique Gil y Carrasco. Era un caramelo. Un reto como actor y una gran oportunidad.

-¿Cómo ha preparado al personaje?
Lo más complicado era el uso de ese lenguaje tan culto en una época de cultos. Pero ya estaba muy familiarizado con Gil porque había participado en la película que dirigióValentín Carrera sobre El Señor de Bembibre. Ahora, más que leer la obra de Gil, lo que he trabajado ha sido sobre todo en documentarme en la época, los espacios y los personajes de entonces. Espronceda y los demás escritores románticos con los que convivía.

¿Qué ha descubierto sobre Enrique Gil y Carrasco en este tiempo?
Que era un hombre muy culto, un provinciano que llegó a Madrid y que se hizo su hueco. Quería ser uno de los grandes, tenía muchas capacidades y creo que él lo sabía. Posiblemente podíamos decir que ‘las mataba callando’. El sabía lo que decía y estaba seguro de estar en lo cierto. Y me ha llamado la atención toda esa melancolía que lo envuelve, esa lucha continua por no defraudar a su padre y esa relación con el mundo templario y la iglesia.

-¿Cree que es suficientemente reconocido en su tierra?
Creo que debemos aprovechar este Año Romántico para acercarnos más a su figura. Animar a la gente a que lo conozca, qué luego no tiene por qué gustarle a todo el mundo, pero sí creo que merece la pena conocer al hombre y a su obra. Enrique Gil y Carrasco es nuestro Cervantes y El Señor de Bembibre es nuestro Quijote y tendríamos que cuidarlo más, aprovecharlo y disfrutarlo.

-¿Cómo fueron sus inicios como actor?
Hice un curso de teatro con Carlos García Ruiz, que ha hecho muchísimo por el teatro en Ponferrada. Ahí me di cuenta de que eso era lo que yo quería hacer. Realicé las pruebas para los estudios de arte dramático en Gijón y entré. A partir de ahí, me di cuenta que nadie iba a venir a llamar a mi puerta para ofrecerme trabajo y decidí, junto con mi compañera, fundar la compañía, que está en un año de desarrollo.

-¿Qué proyectos de futuro tiene como actor o con su compañía?
En mi compañía siempre tenemos en marcha varios proyectos, pero también espero que ‘Nocturnos con Niebla’ pueda salir fuer de aquí. Además de las funciones de Ponferrada sé que habrá representaciones en León, pero creo que el proyecto merece tener más repercusión, salir a Valladolid, a Madrid. El ‘Año Romántico’, en general, debería salir de las fronteras de Ponferrada porque es realmente muy interesante.

-¿Es inevitable hablar de la crisis en el mundo del teatro?
Yo he nacido profesionalmente en esta crisis, así que he tenido que convivir con ella desde el principio, pero cosas como que el arte de lujo pague menos IVA que el teatro, que es algo para todo el mundo, desde luego que no se entienden.Pero supongo que es un arte que es, y debe ser crítico y por eso molesta. Pediría más respeto paraprofesión y una apuesta más decidida por la formación artística.