"La imagen del área de salud es la del Bierzo, debemos dar una cobertura asistencial excelente"

Juan Ortíz de Saracho, gerente de la Gerencia de Atención Sanitaria en El Bierzo desde hace un año

02/11/2025
 Actualizado a 03/11/2025
El gerente habla de logros conseguidos a lo largo de su mandato. | MAR IGLESIAS
El gerente habla de logros conseguidos a lo largo de su mandato. | MAR IGLESIAS

Se declara ponferradino por casi los cuatro costados. Solo uno, el de su Atlético de Madrid, le separa de ese adjetivo que le ha hecho quedarse en un área de salud que reconoce que hace 30 años no es la actual. Muchos avances, también problemas a resolver de los que no pretende escapar, pero, sobre todo, mucho por lo que pelear. Y asegura que debe ser una lucha de comarca, en la que cada uno ponga de su parte. Su atractivo es innegable para atraer a profesionales sanitarios, el principal hándicap con el que se encuentra un área de salud amplia, reconoce, y que en el último año ha conseguido logros que tiene claro que se quedan para sumarse a otros. En ellos marca un compromiso: la esperada radioterapia, que no concibe más que como una realidad.

-Hace un año comenzaba su andadura como cabeza de la GASBI. El contexto era un problema grave con la falta de oncólogos. Haciendo balance de todo eso y una vez que puso los pies en tierra, ¿las cosas estaban peor o mejor de lo que esperaba a su llegada?

-Era objetivo, en ese momento, y todo el mundo era consciente de ello, que había problemas. Pero el balance tras un año es positivo. Hay momentos en los que tienes que analizar cuál es la situación de un servicio, en este caso Oncología, y cada servicio, tiene su trayecto y sus tiempos. Es verdad que en ese momento se marcó un objetivo muy claro que, en el mes de noviembre, vino ya marcado por lo que fue el plan de garantía asistencial del Bierzo, que fue nuestra hoja de ruta. Como tal, nos obligaba, de alguna manera, a hacer una serie de cosas muy razonables y que había que ver si se podían desarrollar. El tener la hoja de ruta y que cada tres meses tuviéramos que explicar lo que estábamos haciendo y consiguiendo demuestra un compromiso claro de la Consejería de Sanidad, y que no era algo temporal. Se incrementó la plantilla orgánica. Fuimos el primer hospital en la comunidad en el que se modificó esa plantilla. Fueron compromisos que sí se han ido cumpliendo.

-Al inicio de esa dirección afeaba que los medios de comunicación estuvieran vendiendo lo que pasaba en el hospital como “una zona de guerra”, algo que consideraba un inconveniente para atraer a nuevos profesionales. ¿Hoy somos otra cosa?

-La situación que había en ese momento era complicada, y yo creo que a nadie le gusta ir a una empresa si hay conflictos, por mucho que te ofrezcan. Uno de los objetivos fue pedir ayuda a los medios para cambiar la imagen no solo del hospital, sino también del área de salud. Es verdad que puede haber problemas, como en todos los sitios, pero las ganas de solucionarlos están ahí y necesitamos la ayuda de todos. Pero no es lo mismo tener problemas que, además de eso, estemos en continuo intercambio de opiniones; eso dificulta un poco...

-¿Se ha conseguido ese cambio de cara que buscaba?

-Creo que la imagen del área de salud es completamente diferente a la que había hace un año. Creo que todo el mundo es testigo de ese cambio. Hay mejoras en infraestructuras y eso ayuda a que posicionemos al hospital como centro de la GASBI en algo actual. Es importante intentar que no haya un conflicto mantenido. No digo que no haya problemas, sino que no haya un conflicto mantenido. La capacidad de pensar es distinta. Si te están pegando, lo que intentas es parar los golpes, pero no puedes pensar. Hay determinados puestos en los que es necesario poder disponer de tiempo para poder pensar, dirigir y orientar. En eso nos ha ayudado mucho el plan de garantía asistencial. La imagen del área de salud, y hablamos de la empresa más importante de la comarca, con casi 2.500 trabajadores, es la imagen del Bierzo. Eso es el fiel reflejo de lo que queremos mandar al exterior. Debemos dar una cobertura asistencial excelente. No es lo mismo buscar en Google “Bierzo” y ver lo que hay, que ver sus problemas. Es otra forma de trabajar diferente.

-De inicio, el problema de fondo era la falta de profesionales y la falta de atractivo que encuentran en esta localización. ¿Eso ha cambiado? ¿Ha crecido la plantilla?

-Por un lado tenemos el problema de recursos humanos y, por otro, el saber por qué no se quedan. Hay un déficit de medios, lo sabemos, pero no solo aquí. Ves noticias de otros sitios y te das cuenta de que en otras comunidades, aunque no estén todos los días en la prensa, existe ese problema de déficit. Se focaliza, es verdad, mucho más en los médicos. Pero, dentro de eso, y teniendo que competir en un mercado que es difícil, tienes que atraerlos de alguna manera. Ahí fue clave el papel de la Consejería de Sanidad, apostando por modificar nuestra plantilla, ampliarla, darnos los huecos para poder “meter” al personal, y ahora, el siguiente paso es cómo atraigo a ese personal y en qué condiciones compito con el resto de España. Los oncólogos que hemos traído vienen de Alicante, de Galicia y del País Vasco. La imagen que hemos transmitido del área de salud es una imagen nacional, que va fuera del Bierzo. Lo que se intenta es que El Bierzo y Laciana tengan un reconocimiento como sitio en el que puedes vivir y desarrollarte profesionalmente y que tiene muchas cosas. Para mantener a la gente les tienes que ofrecer equipamiento, tecnología, y eso se ha hecho. Hemos ido renovando equipos, realizando nuevas actuaciones en cartera de servicios. El residente de Urología se quedó por tener cirugía robótica, ese es un ejemplo. Hay cosas que se hacen y, si no les damos suficiente promoción, no lo saben. El personal siempre es lo más voluble porque hay mucha oferta, tienes traslados, concursos, y hay mucho componente personal en la decisión de quedarse o no. El ejemplo soy yo. Llevo 30 años aquí y soy de Madrid, pero el servicio de Neumología no es el mismo que hace 30 años. Por eso nosotros, además de ofrecer una plaza, facilitamos la parte humana. Les integramos en las actividades que no son profesionales exclusivamente. Les damos turismo, ocio, cultura... todas las posibilidades de un sitio como este, con incluso las riquezas naturales o de marcas de garantía o gastronomía. Venir a trabajar aquí no solo es venir a desarrollarte profesionalmente, sino que tienes otras ventajas, dependiendo de tus expectativas. Es importante que la venta de la comarca venga unida a otras cosas.

"Es importante intentar que no haya un conflicto mantenido"

-Entonces, ¿tenemos la clave para atraer a profesionales y estábamos equivocados cuando se hablaba de premiar económicamente a aquellos que quisieran trabajar en zonas de difícil cobertura?

-El dinero es importante porque, si no se paga, no vienes, por mucho que te ofrezcan. Pero dentro de eso hay que dar otras posibilidades porque, por mucho que ganes, si no me lo puedo gastar... Lo que queremos es vender nuestra comarca. Empezamos con Oncología. Vinieron 23 oncólogos de la comunidad a cubrir el servicio. Muchos no sabían dónde estábamos y, gracias a ellos y a la difusión que se ha hecho, han sido transmisores de lo que tenemos. Eso hace que seamos más atractivos, porque han contado lo que éramos. Aquí se vive muy bien. Es una población que tiene el tamaño adecuado y justo para disfrutar. Eso lo tienes que poder transmitir. No vendemos solo imagen de Sacyl, aunque hay que recordar que la sanidad de Castilla y León es la segunda mejor nacional. No solo queremos vender eso, sino todo lo que nos rodea. No es solo decir que tenemos cierto equipamiento; además de la tecnología, que es muy importante para el desarrollo profesional, hay otros beneficios. Luego hay que centrarse en lo que necesitamos como comarca, que son infraestructuras y comunicaciones. Estamos en un punto estratégico y la comunicación es la base de las relaciones. Creo que eso es importante y creo que tal vez debemos incidir más en ello.

-¿Cree que es más necesario hacer comarca que decretar esta zona como de "difícil cobertura", en lo que se ha incidido mucho, sobre todo desde la parte social, y que todos entendamos que cada granito de arena cuenta?

-Creo que es importante que entendamos que cualquier tipo de ayuda cuenta, para todo. Pero sí es clave estar orgulloso de nuestro equipo. Es ponernos la camiseta de nuestra comarca y defender lo que es nuestro. Si además tenemos la suerte, como hemos tenido en este tiempo, de contar con una Consejería de Sanidad que nos ha ayudado bastante, mucho mejor. Tenemos que aprovechar eso. Tenemos un plan asistencial y esto no termina aquí. Es un camino que hay que recorrer, que, como empresa viva, tenemos que completar y tirar para adelante dando una atención excelente a nuestros pacientes. Creo que esa es la forma de trabajar. Trabajamos mucho en silencio. El trabajo con recursos humanos que hemos hecho ha sido así y ha tenido una labor muy importante mi equipo directivo y, en especial, Cristina Buelta (directora médica). El tener ahora cuatro oncólogos ha sido un trabajo de muchas semanas desde aquí. Pero todos hemos trabajado teniendo claro nuestro objetivo y compitiendo con el resto de oferta nacional. Hemos intentado hacer ver que no es tan difícil venir aquí. Es el trabajo que me gustaría que hiciéramos todos: mejorar todo. Los beneficios a veces no se ven de forma inmediata, pero se están haciendo cosas. La imagen del hospital va a ser totalmente diferente. Hemos conseguido ofrecer más zonas de aparcamiento, con 200 plazas más. Somos el único hospital de la comunidad con aparcamiento gratis. Y hay dos proyectos que van a ser claves: el del servicio de Rehabilitación, que es muy potente, porque damos servicio a mucha población y se amplía en más de 200 metros cuadrados, y Radioterapia. Son proyectos muy importantes, que todo el mundo desea. Cuando yo vine aquí no estaba acabada la autovía. Ahora no es lo mismo ir a Madrid. He tenido que esperar un tiempo, pero está. El compromiso con radioterapia está, pero tiene unos plazos y somos una empresa pública, que tiene que licitar, pasar por la parte de intervención, la jurídica... No somos tan rápidos, pero tenemos la voluntad de hacerlo.

-Pero no es fácil explicar esa tardanza a la población, que ha visto cómo una empresa privada ha conseguido sacar adelante ese servicio de radioterapia en muy poco tiempo, y que ya pasa de una década que se mantiene el compromiso público para tenerla y que no llega. La comparación es demasiado dilatada...

-Por eso hay que explicar la manera en la que funciona cada uno. El volumen de pacientes que tenemos nosotros no tiene nada que ver, y esa radioterapia privada nos da soporte. Eso no quita el compromiso. Yo ya tengo el compromiso con la radioterapia, y lo tuve desde la primera reunión. El dinero público hay que tratarlo de la manera más eficiente y tenemos una cartera de servicios importante. Yo no compito con nadie, compito conmigo mismo y con dar la mejor atención a nuestros pacientes. Y eso es lo más importante.

"Puede haber problemas, pero las ganas de solucionarlos están ahí y necesitamos la ayuda de todos"

-Decía que se ha tenido suerte con una administración que estableció una hoja de ruta con ese plan asistencial, con más de 150 medidas. Se ha criticado que son actuaciones que tal vez no inciden en los problemas diana del área. No sé si lo ve así o si realmente consideran que son las medidas que dan en el clavo.

-Esto es como cuando plantas una flor: tienes que tener la maceta, el sustrato, abonar y meter la semilla, que es la que te va a dar el fruto. Pero antes tienes que tener la estructura previa. En Oncología o Cardiología estamos cambiando el servicio, incluso Rehabilitación, donde hemos integrado 200 metros cuadrados. Las necesidades no son las mismas que hace 30 años. Tenemos que tener recursos y la posibilidad de hacer las cosas. Por eso lo primero que se hizo fue estudiar la plantilla orgánica, porque hay que tener “cajones” donde meter a la gente. Se incrementaron más de 80 plazas. A nosotros nos dan la posibilidad de rellenar esos “cajones” y eso ya es trabajo nuestro. En Oncología se ha pasado de cuatro plazas, que era el 100 % de la plantilla, a seis. Pero si me lo pones más difícil… Nosotros ya no trabajamos por cuatro, trabajamos por mantenerlos y por incrementar ese número. Hicimos más cosas que no ven los pacientes y que son mejoras, como una nueva consulta, dividiendo una sala en dos para tener otra de reuniones, donde puedan estar los facultativos haciendo equipo. Eso establece relaciones y los vincula. Cambiamos la sala de estar de Hemato-Oncología, colaborando con la AECC. Hemos trabajado discretamente, pero dando una atención más humana. También hemos ampliado Cardiología, con dos cardiólogos más. Hay que ir engranando porque vamos a hacer muchos cambios en el hospital. Tenemos que reubicar muchas consultas y hacer modificaciones, pero siempre para intentar mejorar. Para ello tenemos el apoyo de la Consejería de Sanidad, y por eso es importante contar con unos presupuestos generosos. De esa manera, si los profesionales trabajan cómodos, se quedan. Y lo que me importa es que los pacientes, al final, estén contentos.

-Y en ese trabajo de rellenar “cajones”, ¿cree que el aplauso que se le está dando a Oncobierzo, que ha llegado a Bruselas denunciando que la sanidad berciana está en precario, no es adecuado? ¿Le molesta?

-Yo tengo que trabajar en cumplir los objetivos que me han puesto desde la Consejería. No compito con nadie. Sé lo que tengo y lo que hago, y me refiero a la Gasbi. Si hemos conseguido que vengan tres oncólogos más, es lo que hemos conseguido. Y quiero que los pacientes estén bien atendidos y cada vez mejor. Creo que la atención es excelente y lo que tenemos que hacer es conseguir que sea más que eso. En eso trabajamos, aunque a veces sea en silencio. Seguimos intentando mejorar, ahora promocionando la vacunación incluso, porque mucha gente no quiere vacunarse e intentamos que lo hagan, ya no solo por protegerse a ellos, sino a sus mayores. Debemos insistir en lo que debemos: en protegernos, para que no acabemos aquí, en el hospital.

-Como curiosidad, no sé si los bercianos somos muy preventivos o vamos al médico a última hora.

-El uso racional de la sanidad es fundamental. Se va al médico cuando hay que ir. Pero a mí sí me gustaría que se vacunaran más. Lo importante es que demos una cobertura asistencial excelente. Trabajamos para ello y el camino es largo.

-Hace unas semanas ha habido otro problema. La Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública desvelaba que se van a llevar determinadas operaciones de Digestivo a otros hospitales. Usted defiende que es mejor realizarlas en los centros de referencia. ¿Eso quiere decir que se estaban haciendo sin estar preparados para ello o por qué ese traslado?

-Tal vez es la forma de transmitir las cosas… Nosotros tenemos que dar la mejor cobertura asistencial y, en determinadas enfermedades o procedimientos, debemos tener el soporte adecuado. Somos uno de los centros más importantes en donación de órganos, por ejemplo. Pero lo que tenemos que asegurar es que el paciente esté lo mejor atendido. Y si hay procedimientos complejos que pueden requerir otro tipo de soporte, tenemos que garantizarlo. Y es lo que hacemos, derivando a otros centros. Creo que si se le plantea al paciente, lo escogería. Lo que queremos es que nuestros pacientes estén bien y que tengan salud de manera global, que no es solo estar bien o mal.

"Quiero que los trabajadores del área de salud defiendan la camiseta de este equipo"

-En esa preocupación por dar una calidad de excelencia y hacer que el paciente esté bien, lo que más le preocupa son las listas de espera. ¿Está satisfecho de cómo han evolucionado desde que está al frente?

-En las listas de espera hay que seguir trabajando siempre. Podrán bajar un poco. Tenemos varios programas en marcha con Atención Primaria, como el de interconsultas o el de relación con centros residenciales, para que el trabajo que se hace en esas residencias se refleje en el centro de salud que corresponde y los pacientes estén controlados en la actividad preventiva. También el programa de retinopatía diabética, que intenta priorizar lo que pueda ser importante. Pero somos muchos pacientes y el volumen de trabajo es alto. Intentamos establecer prioridades con esas interconsultas no presenciales, con los médicos de Atención Primaria que envían la valoración a los especialistas para ver si tienen que ver al paciente o no.

-Hablamos del plan asistencial. No sé si queda mucho para cumplirlo y qué retos quedan para usted como director tras él.

-Hay cosas que se pueden hacer de manera inmediata y otras no, porque hay muchos actores implicados. Nos queda mucho por hacer. Tenemos todo 2026 para ultimarlo, como la rehabilitación cardiaca, que está pendiente del primer paso. Si no tengo rehabilitación, no puedo tener esa especialización. Los objetivos del plan los tengo que cumplir, es mi reto, y tengo que fidelizar a una plantilla que debo completar. También tengo que seguir trabajando en dar una imagen del hospital como la que creo que ahora se está trasladando. Pero, sobre todo, quiero que los pacientes se sientan bien y atendidos. Cuando ya no esté en este cargo y tenga que venir aquí como paciente, me gustaría que me atendieran como yo quiero atender a los pacientes. Lo que quiero es que los trabajadores se pongan la camiseta de nuestra área de salud, y si eso se cumple, es como que el Atlético de Madrid gane una Champions: ya me puedo morir tranquilo.

-En el cumplimiento del plan estaba llegar a los seis oncólogos...

-No. En ese plan lo que venía es que se incrementaba la plantilla orgánica. Se incluía tener dos oncólogos más, pero el objetivo no era tener seis. Eso generó mucho conflicto. Cuesta mucho traer a la gente, pero ahora mismo no tengo lista de espera en Oncología. Ya no la había antes: los pacientes se atendían. Lo que más me ha satisfecho a mí y a todo el equipo directivo es que el cambio de planteamiento de Oncología haya tenido resultado. A Oncología le da soporte muchos servicios del hospital, y todos se han implicado con ella. El éxito que hemos tenido es del equipo; el fracaso, del jefe. El compromiso de la Consejería era incrementar la plantilla orgánica, y nosotros hemos cubierto el 100 % de lo que teníamos. Mi objetivo eran cuatro oncólogos, pero ahora son seis.

 

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