Era un edificio semisoterrado en la ladera de una colina, con cubierta ajardinada y que recogiera el agua de lluvia para poder gestionar sus recursos de forma sostenible.
Hace un par de meses leyó en prensa noticias sobre el inicio de las obras de la bodega Descendientes de J. Palacios en Corullón, cerca de la carreteraLE-5250 entre Villafranca y Sobrado. Un diseño realizado por el prestigiosoRafael Moneo, uno de los más prolíficos y reconocidos arquitectos del panorama actual, premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2012.
«Cuando vi la noticia y vi las fotografías de la maqueta y la explicación del proyecto, encontré unos paralelismos muy curiosos con el mío», explica Iván Rodríguez, quien percibe entre su diseño de 2008 y éste de Moneo que se está ejecutando ahora, uno de esos llamado «parecidos razonables».
Estas similitudes se encuentran, según el joven ingeniero, en que «está proyectada en la ladera de la montaña, los módulos son muy parecidos, la integración en el paisaje».

Foto: La maqueta de Rafael Moneo, por la que se están siguiendo las obras en Corullón. (Ical)
Y es que, tal y como figura en la memoria del proyecto, «el edificio ha sido diseñado y proyectado en cuatro módulos semienterrados, con cubierta ajardinada, aljibe para su integración en el medio y alcance de los mejores parámetros de producción. Reducirá el impacto visual. Recuperará la superficie vegetal robada al suelo. Se optimizarán las condiciones interiores ambientales a la vez que se reduce el consumo de energía. El agua de lluvia será reincorporada al ciclo local. Existirá una reserva de 200 metros cúbicos de agua para riego y en previsión de su uso para actividades del proceso», detalla la memoria.
Iván Rodríguez no tiene ni idea de si Rafael Moneo llegó a conocer su proyecto, que figura en el archivo y la Biblioteca de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de la Universidad de León, desde que culminó su carrera.
En cualquier caso, no plantea esta cuestión para adquirir notoriedad ni crear polémica alguna, dice. Al contrario, le resultaría «un orgullo» que así fuera, y que el proyecto que un día diseñó para poder culminar sus estudios, hubiera podido gustarle al reconocido arquitecto navarro, hasta el punto de inspirarse en sus ideas.
Si no fuera así, cuestión probable, se reconocería también orgulloso de ser capaz a manejar en su cabeza ideas similares a las de Moneo, hasta el punto de llegar a concretarse en trabajos con tales similitudes.
El trabajo de Iván era únicamenteacadémico, pero, no obstante, con él consiguió el segundo premio para proyectos de fin de carrera del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria en 2009.