"El 124 cupé era un pepino"

A través de los diferentes modelos de coches se podría ir estudiando y conociendo la evolución de la sociedad leonesa y sus gustos

Fulgencio Fernández
20/03/2023
 Actualizado a 20/03/2023
El Seat 124 D llegó a Auto Salón en 1971, tenía un precio de menos de 150.000 pesetas (no llegaba a los 900 euros) | FERNANDO RUBIO
El Seat 124 D llegó a Auto Salón en 1971, tenía un precio de menos de 150.000 pesetas (no llegaba a los 900 euros) | FERNANDO RUBIO
Dice nuestro Fernando Rubio —ante la propuesta sin ningún motivo especial de dedicar esta sección al Seat 124— que «hay veces que elegimos un tema sin un motivo concreto pero, al reflexionar sobre él, vemos que nuestro subconsciente reacciona a estímulos que tienen que ver con épocas próximas».

Me dan ganas de concederle el título de adivino o sicólogo u otro similar que premie su capacidad adivinatoria pues en cuanto lo dice reparo en que ha quedado en mi memoria una frase reciente y toda su circunstancia: «El 124 cupé era un pepino. Y si le quitabas el silenciador del tubo de escape ya ni te cuento».

La conversación, en un bar de Matallana , había arrancado porque se jubila Virutas, el carpintero, que fue un habitual de las gimkanas de las fiestas y comenzaron a hablar de recordados coches de la comarca, que se convertían en perfectas definiciones de sus dueños y de la época: Especial atención prestaban al 124, el 131 que «cuajó menos», del R8, el R8TS, «aquellos amarillos que pitaban»; el R12, «eterno, todavía los ves en los mercadillos»; el Simca 1000 «el de es difícil hacer el amor»; los Citröen GS, «aquellos que se subía la carrocería al arrancar»... y les ponían dueño y circunstancia a cada uno.

- El 124 cupé era un pepino; insiste uno que parece que él mismo había tenido uno.
- El bueno de los 124 era el Sport; le matizan y llevan la contraria.

- No te lo crees ni tú.

- ¿Qué modelo llevaba El Vaquilla para robar y que no le pillaran ni pa Dios?

Y se acabó la discusión, parece que la referencia estaba cargada de mucha autoridad: El Vaquilla.

- ¿Y el R5?; pregunto creyendo que habían olvidado en el repaso uno de los que más se veía por las carreteras.

- El R5 lo compraron los que habían prosperado algo y querían dejar el Seat 600; era bueno, pero era de tralla, no deportivo ni de los que llamaban la atención; me dijeron con cara de tener tanta fuerza como el argumento del Vaquilla.

Al propio Fernando Rubio este viaje a sus fotografías de los setenta para la presentación en Auto Salón del Seat 124. «Tu elección, de la presentación del Seat 124, me ha llevado a la época de mi primer Seat 600, allá por 1968, y la facilidad que teníamos para, con unos pocos conocimientos demecánica, solucionar las averías sencillas; porque los actuales coches, no es el caso del 124, están llenos de equipos electrónicos y sistemascontrolados por ordenador y en caso de fallo, te quedas tirado hasta que venga la grúa. Eso sí, no hace falta esperar a que pase otro vehículo o caminar hasta el pueblo o gasolinera próximo ya que estás comunicado con el teléfono móvil».

Otra ‘lección’ del cambio de los tiempos marcado por la evolución de los coches. A los jóvenes que ahora tienen mil modelos para elegir no les entrará en la cabeza quedarse tirado en la carretera, levantar el capó y darle vueltas a la avería, parar a otro coche o algún camionero; acercarse a un pueblo, sacar de casa al taller y todo ello sin teléfono móvil. «Era la época de los ángeles de la carretera (la guardia civil de tráfico) cuya presencia nos daba una sensación de seguridad porque, en caso de sufrir un accidente u otro percance grave o leve, sabíamos que en poco tiempo nos atenderían», remata Fernando sus reflexiones en torno a este modelo que llegaba con los inicios de los año 70 (en 1971), que también fue cuando se presentó ‘por todo lo alto’ en un clásico leonés de los concesionarios: Auto Salón,. presente en la ciudad desde los inicios de siglo y que se anunciaba en los años 20 como «vehículos al alcance de todas las fortunas»... Y lo explicaba anunciando todas las posibilidades: «Una bicicleta, una motocicleta, un Ford (el automóvil universal que costaba 5390 pesetas), el tractor Fordson, que viene a resolver el problema agrícola. Estaba Auto Salón en Padre Isla 15 y su teléfono era el 195; que no es que no existieran los móviles, no existían ni los prefijos en aquellos años 20 en los que en toda la ciudad se hablaba de los primeros coches matriculados. El primero LE-1 era, curiosamente o no tanto, del propietario de un taller, también masón: Alberto Laurín Pagny, era unDarracq y corría el año 1909 cuando comenzó a andar por las calles de León. El segundo fuepara Isaac Balbuena y el famoso escultor Julio del Campo compró el LE-4.

Pero las imágenes ya son de los setenta, la era post-Seat 600, había pasado bastante tiempo pero seguramente lo que mejor ilustra el paso del tiempo desde aquel 1971 de la «moderna» presentación en Auto Salón del Seat 124-D es saber su precio de venta en aquel momento: 147.314 pesetas; lo que convertidos en euros nos saldría la hoy ridícula cifra para un coche de 885,38 euros...

El tiempo pasa... antes y ahora.
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