La lucha femenina tiene esta temporada dos modalidades: Con la Escuadra de las Nómadas y sin ella, dando ya por ‘local’ a Lucía López Dóriga, la cántabra más leonesa, como Mónica Matía fue la palentina más leonesa.
En Taranilla tocaba sin escuadra de nómadas, lo que nos llevaba más a ‘la normalidad’ diaria, es decir a las favoritas habituales. Cuatro había en ligeros y, sin Sandra además, la pregunta parecía quién ser vería en la final con Bea. Y así ocurrió. Fue Ainoha, que va volviendo y falta le hace a la lucha esa clase de la saga Fierro, aunque nada pudo hacer con la lucha y la eficacia de la pelirroja de los Riaño, que se sigue asentando en esta categoría con suficiencia.
En medios había una noticia feliz para la lucha femenina: la presencia de Marta Llamazares, la veterana campeona de Valderrueda, protagonista de históricas batallas (con Miriam las más recordadas) vive en Francia pero cuando viene de vacaciones le tira el gusanillo y se pone el cinto. Ayer cayó ante otra luchadora que también es cada día una noticia más feliz: Amaya, la de Argovejo (si honra a su madre) o Riaño (si lo hace con su padre). Aún es juvenil pero nunca vuelve la cara, lucha y va creciendo. Ayer se metió en la final, aunque nada pudo hacer ante Priscila, cada día más solvente, aunque lo cierto es que en ese momento la grada estaba mirando para los sanitarios pues unos segundos antes se produjo el momento duro de la tarde; en la lucha por la tercera plaza. Entre Marta y Luzma, que había caído ante Priscila, la líder. En una caída bastante normal, la tranquilidad se rompió ante los gritos de dolor de Luzma, estremecedores realmente, aunque parece que pudiera no ser tan grave, en una primera exploración. En el hospital le dirán y sabremos.
En pesados, después de ganar las dos líderes, las miradas estaban puestas en Edi, siempre tranquila por fuera y siempre nerviosa por dentro. Ayer cumplió los pronósticos, derrotó a Lucía la de Prioro (que salía «de la priorada») y la esperaba a en la final otra Lucía, la de Mozos de Cea, feliz de haber llegado hasta allí.
- ¿Tienes un plan para la final?
- Yo sí, lo malo es que Edi seguramente tiene otro.
Tenía razón. Y el de Edi más eficaz.