Leonesa por los cuatro costados, veranos en Zotes del Páramo y la mente siempre, desde niña, en algún libro. Periodista y escritora apasionada, cubre desde hace años la información del Atlético de Madrid para el diario As y es habitual de las tertulias televisivas que abordan la actualidad deportiva. Patricia Cazón ha escrito ya libros que fundamentales para entender la sociedad de nuestro tiempo, desde la niña que soñaba con el Bierzo desde el desierto de Sáhara a las leyendas del estadio Vicente Calderón, pasando por el largo invierno en que su Cultural vive desde hace décadas. Madre de Arián, colchonera, acaba de publicar ‘Las mujeres salmón’ (editorial Debate), un retablo de historias sobre las mujeres que, “a contracorriente”, cambiaron la historia de España.
–Compara en el hermoso título de su libro la trayectoria de las mujeres en el deporte con los salmones. ¿Tan a contracorriente han ido a lo largo de la historia?
–Tanto que el mundo solo conoce a las grandes deportistas coetáneas a su tiempo, a las anteriores no, apenas. ¿Por qué los triunfos de las mujeres se olvidan tan pronto? Ese poso ya solo cuenta de lo a contracorriente que ha sido todo. Su lucha, sus méritos, su impresionante legado. Sobre el que hay que poner mayúsculas. Neones. No olvidar. Porque, ¿sabes qué es lo peor?, que sigue siendo a contracorriente.
– ¿Cree que el hecho de haber tenido que luchar no sólo contra sus rivales sino también de alguna manera contra el machismo de la sociedad es lo que hace que ahora los éxitos del deporte femenino se entiendan desde lo colectivo?
–La mayor victoria en equipo de la historia del deporte español es la de las mujeres. Porque lo suyo no solo se circunscribe al deporte, sus éxitos son los de todas las demás. Las mujeres que hoy corren por los parques y las calles con libertad, vestidas con pantalones cortos, deben las gracias a Carmen Valero, porque ella lo hizo enfrentándose a todo, a que la insultaran por ello, cuando nadie lo hacía, por ella, por todas.
– ¿Cuáles han sido los criterios para seleccionar a las protagonistas de este libro? ¿Se puede decir aquello de que “son todas las que están, pero no están todas las que son”?
–Claro. Porque este es un libro de mujeres campeonas sobre todo de mujeres que hablan de la lucha de las mujeres y yo quería que cada una de las historias contara un matiz distinto de esa gran historia que es la de todas. Como en ese collage de fotos a mediados de la década del dosmil. Te pedían una tuya para componer la de los novios. Cuando te acercabas, chiquititos, estaban cada uno de los invitados y, cuando te alejabas, cada uno de ellos componían un retrato global de los novios. Pues eso he hecho yo: que cada historia cuente a una mujer que derribó techos en una época, desde un deporte, matiz distinto (los insultos, las redes sociales, la sociedad que rodeaba, las prohibiciones, la maternidad, lo difícil de encontrar el momento de una mujer en la sociedad actual, y el deporte, para ser madre, los métodos, las dietas, los modos, los tratos, la menstruación, la enfermedad, lo que ha cambiado y lo que aún queda, mujeres que bajan estrellas del cielo y deben pagar como peaje besos no consentidos).
– ¿Qué caso le ha sorprendido particularmente de los que ha descubierto trabajando en este libro?
–Todos, es difícil elegir, es que tú te acercas a estas mujeres y en cada una dices: “Guau, eres una bendita heroína”. De verdad. Me es complicadísimo. Con Lola Fernández Ochoa y Virginia Torrecilla lloré haciendo y escribiendo las entrevistas y con Sandra Sánchez me fui a casa con la piel de gallina, con Tania Lamarca estuve hora y media hablando por teléfono y con María Teresa Andreu otro tanto. Con Amelia del Castillo fueron dos. Con Miguel Ángel Calleja me emocioné y a deportistas como Coral Bistuer, Ana Muñoz, Teresa Lozano o Miriam Blasco me las llevo por siempre en mi vida. Como a Conchita Mínguez. Como tengo desde hace años a María Vargas y a Lola Romero. Y a Danae. Es que es muy difícil. Quizá me quedo con esos niños del CD La Pedraja. Tan pequeños y ser capaces de describir tan exacto todo cuando resume este libro. Lo conquistado. Lo que queda.
– Se incluye también el papel que han desempeñado tres hombres en relación al deporte femenino. ¿Cuáles han sido sus responsabilidades?
–Ser hombres que han tratado a las mujeres sin mirar su género. Tan necesarios. Ellos. Hombres como ellos.
–- El Mundial de fútbol del pasado verano marcó el principal hito del deporte femenino español, pero antes hubo otras muchas pioneras que rompieron barreras a su manera. ¿Cuáles fueron antes, en su opinión, las grandes pioneras del deporte español que pasaron injustamente desapercibidas?
–Lilí Álvarez. ¿Se la recuerda hoy en día? Debería. Fue la primera de todas. La primera en jugar en una final de Wimbledon, la que instauró la minifalda en su hierba, la española que abrió los Juegos para todas las demás; París 1924. Un siglo ha pasado. A finales del XX se la reconocía. ¿Pero ahora? Por Dios, ¡cómo la sociedad ha podido olvidar a una mujer así?
– Es un usted una apasionada de la literatura, de leerla y de escribirla: ¿Le resulta más fácil de lo que se podría imaginar encontrar la emoción de la literatura en el mundo del deporte?
–Todo aquel que se dedique al periodismo deportivo no se aburrirá ni un día de su vida. Está atado a lo más grande y los infiernos más profundos que puedan acompañar a un hombre, y mujer, en sus vidas. En los 90 minutos de un partido de fútbol se pueden resumir perfectamente todas las emociones. ¿Recuerdas qué hacías cuando Iniesta marcó su gol en Sudáfrica? A qué sí. Porque todo el mundo lo hace. Eso está en nuestras vidas, forma parte, los grandes acontecimientos deportivos que son como las canciones. Te llevan a un momento determinado de tu vida. Pues nosotros lo contamos y eso es apasionante.
– Junto al éxito del deporte femenino español estamos asistiendo a otros muchos cambios muy necesarios en la sociedad, como la cada vez más habitual presencia de mujeres en el siempre controvertido periodismo deportivo. Usted es una de las referentes en este sentido. ¿Sufre o ha sufrido las consecuencias del machismo ejerciendo su profesión?
–Te dejo mis claves de Twitter y te asomas a lo que me dicen porque pongo las picas, de cero a tres, de las que penden las calificaciones de los jugadores del Atleti en un juego Fantasy. Solo te avanzo una cosa. Todos apuntan a los mismos lugares, en general. Mi físico, mi ropa y todos esos verbos que las mujeres de mi libro, y tantas mujeres en general, llevan toda la vida escuchando. Ojalá este libro ayude a seguir acallando todo esto. Y sea una guía para todas las niñas del futuro. Ellas serán las siguientes mujeres salmón.