«Hay gente a la que le sorprende que sea mi primer Mundial, que parece que llevo siendo fija con la selección un montón de tiempo, pero no es así». Marta García debuta este jueves (12:26 horas, Teledeporte y Eurosport) en un Campeonato del Mundo de atletismo. Puede sorprender, porque la leonesa es ya una atleta consolidada no solo en la élite nacional e incluso con un hueco amplio en la historia del fondo español, sino también a nivel continental tal y como demuestra el bronce europeo logrado en Roma el año pasado o simplemente que sea la 12ª atleta europea que más rápido ha corrido los 5.000 metros en toda la historia.
Sin embargo, antes de completar su proceso y definitivamente brillar, hace no mucho que la leonesa no entraba en los criterios de ‘excelencia’ de la Real Federación Española de Atletismo. Así, de un tiempo a esta parte, no basta con cumplir con los criterios que marca el organismo mundial que rige el atletismo, World Athletics, sino que a mayores hay que cumplir unos criterios de competitividad que han privado a muchos atletas españoles de participar en grandes campeonatos y que incluso han amenazado con acabar con alguna carrera deportiva ante la frustración de sentir que no se vale para ello.
Es el caso de García, que si bien lograba la clasificación a través del ránking mundial para los dos últimos mundiales, en Eugene en 2022 y en Budapest en 2023 (¡hasta en tres pruebas diferentes!) se quedaba fuera de la lista de la selección española. Marta tuvo que tirar la puerta abajo para reivindicarse y ser olímpica en París, llegando ahora esa cita mundialista en la que precisamente buscará sacarse la espinita que le quedó clavada en el ‘Stade de France’.
El pasado verano, la suerte no acompañó en la composición de las semifinales, dejando a la leonesa en una infernal serie que incluía a las que posteriormente fueron 7 de los 8 diplomas olímpicos en la final. Sin embargo, ha cambiado mucho desde entonces hasta este momento la mentalidad de la fondista, que ya no piensa en la suerte sino en su estatus a nivel internacional, ese que le hace competir de tú a tú con las mejores del mundo en citas de primer nivel por todo el globo como una Diamond League (la ‘Champions’ del atletismo) en la que se clasificó para la final.
Además, no se esconde Marta, que junto a los atletas de su grupo de entrenamiento del equipo On Athletics ha realizado una concentración previa lejos del barullo del Mundial, en Yokohama, y reconoce unas horas antes de saltar al tartán del Estadio Nacional de Japón que se encuentra «creo que en el mejor estadode forma de mi vida, me encuentro súper bien y hemos pensado en todo el tema de la adaptación a los horarios y a las condiciones climáticas, así que me estoy encontrando muy bien aquí».
En el mes de agosto demostraba su estado de forma rebajando en más de 10 segundos su marca personal en los 5.000 metros y fijando por tanto un nuevo récord de España de la distancia que se sitúa ahora en 14:33.40 (segunda mejor marca europea del año). Sin embargo, en los campeonatos lo que pesa es el puesto y no la marca si bien todo invita a pensar que si quiere estar con las mejores tendrá que seguir buscando sus propios límites.
El objetivo para el campeonato lo tiene claro y no es otro que estar entre las 8 primeras de su serie de semifinales, la segunda (no hay pases por tiempo). Marta parte con la séptima mejor marca de una serie en la que parece difícil que fallen las atletas africanas, todas con un palmarés que verdaderamente asusta. Así, compartirá línea de salida con una Faith Kipyegon que ya logró el oro en el 1.500 en estos campeonatos, Medina Eisa, Agnes Ngetich o Gudaf Tsegay. Además, también llegan con mejor marca que la leonesa la australiana Rose Davies y la estadounidense Josette Andrews, que se ha convertido en una suerte de amuleto para la leonesa ya que con ella ha compartido varias de las mejores carreras de su vida.
Pese a todo, asegura que su objetivo principal y con lo que estaría contenta pasa por «haberlo dado todo, si lo he hecho y me han ganado porque son mejores no quiero ser injusta conmigo misma y llevarme un mal rato, así que tendría que estar contenta».