Lydia Valentín, una reina absolutista

La haltera berciana logra en Anaheim su primer campeonato del mundo colgándose el oro en arrancada, dos tiempos y total olímpico en una exhibición de superioridad

Jorge Alonso
04/12/2017
 Actualizado a 17/09/2019
Lydia Valentín, entre lágrimas en el podio del Mundial. | FEDEHALTER
Lydia Valentín, entre lágrimas en el podio del Mundial. | FEDEHALTER
No hay nada más que un deportista pueda conseguir en la disciplina que practica. Lydia Valentín se proclamó en la madrugada del domingo a lunes en la ciudad californiana de Anaheim campeona de todo, de lo único que le faltaba.

La haltera berciana se subía en 2004, con 19 años, a lo más alto de un podio en un Campeonato de España por primera vez en su vida.

Seguramente en aquel momento alcanzar la triple corona con la que se alzaba finalmente 13 años después era únicamente un sueño tremendamente lejano.

«El sacrificio es siempre la mejor opción», deja siempre claro la de Camponaraya, que logró esta vez sobre el tapiz lo que el dopaje le obligó a conquistar en los despachos para lograr el primer paso de esa triple corona: los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

El segundo llegó dos años después con la consecución del Europeo en Tel Aviv (2014), un título que revalidaría en Tiflis (2015) y este mismo año en Split.

En el Mundial de Anaheim la berciana era la gran favorita para hacerse con el título en la categoría de hasta 75 kilos, ya que en una decisión sin precedentes con el único objetivo de recuperar la limpieza en la halterofilia la Federación Internacional prohibió la participación de los países que hubieran dado tres o más positivos en los reanálisis de las muestras de los Juegos de Pekín y Londres, en los que la propia Lydia logró una medalla de plata y otra de oro con años de retraso y aún sin haberlas recibido físicamente.

Una circunstancia que vetó la participación de dos de las tres primeras clasificadas en el pasado Mundial que Lydia se perdió por lesión y que se unió a la ausencia de la actual campeona olímpica, la norcoreana Rim Jong-Sim por las tensiones políticas entre el país asiático y el anfitrión de la cita mundialista, Estados Unidos.

Un cóctel que dejaba a Lydia ante la gran oportunidad de su vida. Pero había que cogerla. Y ella lo hizo a lo grande.

Tenía el cartel de favorita y no falló dando una auténtica exhibición de superioridad frente a sus rivales de inicio a fin. Las otras once halteras habían realizado ya sus tres intentos en la modalidad de arrancada y Lydia aún no había salido a competir. La ecuatoriana Neisi Dajomes ostentaba el primer puesto con 108 kilos levantados en su última opción y ahí fue cuando a la española no le tembló el pulso para dar un golpe sobre la mesa y lograr su primer oro de la noche. 110 kilos en el primer levantamiento ya se lo otorgaban, pero no se quedó ahí Lydia que se fue hasta los 115 en el segundo y 118 en el tercero para locura no solo de la delegación española sino del público presente en el Centro de Convenciones de Anaheim que tienen a la berciana por una de las principales figuras mundiales de este deporte.

Pero Lydia no había completado su misión. En los dos tiempos, la de Camponaraya esperó a que sus rivales realizarán sus dos primeros intentos para arrancar con facilidad levantando 130 kilos, sentenciar el Mundial con 135 en el segundo intento y saciar su ambición con 140 en el último.

258 kilos en el total olímpico para cerrar un concurso perfecto con victoria en las tres modalidades en juego que la hacen, si no lo tenía ya, asegurarse un hueco en el olimpo del deporte mundial.
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