Pero para llegar con opciones de luchar por el camino corto hacia la Segunda División, los de Jon Pérez Bolo tendrán que salir airosos del duelo de este domingo (12:00 horas) ante el Celta B en el Municipal de Barreiro, un partido que es algo más que un prólogo de cara a la ‘final’ por el liderato.
Si bien el filial gallego, tras dos temporadas consecutivas jugando el ‘playoff’ de ascenso, ha estado muy lejos de su mejor versión este curso, en la primera vuelta en El Toralín ya demostró que es capaz de jugar de tú a tú a cualquiera y ha convertido su estadio en un fortín.
Los discípulos de Rubén Albés han ganado sus cuatro últimos partidos en el Municipal de Barreiro –Adarve, Internacional de Madrid, Navalcarnero y Unionistas–, una solvencia que les ha permitido poner tierra de por medio tanto con el descenso directo como con la promoción tras una campaña muy irregular.
Así, los dos últimos resultados del Celta B como local son un aviso de lo que el equipo vigués es capaz de hacer. La ‘manita’ (5-0) ante el Internacional de Madrid y la goleada ante el Adarve (4-2) dejan patente el potencial ofensivo de un rival con calidad y pólvora en los metros finales.
Malos antecedentes
El municipal de Barreiro no le trae buenos recuerdos a la Ponferradina. Dos derrotas ha cosechado la escuadra blanquiazul ante el filial vigués en tierras gallegas y en ninguna consiguió marcar.
En la temporada 2016/2017 un doblete de Borja Iglesias, consolidado ya como uno de los delanteros de más futuro del fútbol español, y otro tanto de Hicham amargaron el debut de Tomé en el banquillo, mientras que el pasado curso los de Carlos Terrazas se volvieron de vacío al caer por la mínima (1-0) con un tanto en la recta final de Eckert.