
Porque ya llueve menos. El equipo de Rubén de la Barrera sumó los tres puntos 13 jornadas después de hacerlo por última vez en un partido en el que, por fin, le valió con merecerlo. Solo hubo un equipo sobre el terreno de juego, una Cultural que dejó noqueada al Nástic, que mostró una imagen tremendamente pobre y se vio superado en todas las líneas.
Fueron superiores de inicio a fin los locales, pero tras generar ocasiones más que suficientes para llevarse el partido sin demasiados problemas, el poco acierto de cara a gol y el paso de los minutos invitaron por momentos a pensar en una situación en el que los fantasmas del pasado sobrevolaron el partido y que desaparecieron con dos fogonazos.
Esta vez no hubo sorpresas en cuanto al dibujo de la Cultural en el campo tras lo ocurrido en Lugo, pero Rubén de la Barrera volvió a hacer que todas las previas se equivocaran variando en los nombres. Jesús Fernández recuperó la titularidad, Zuiverloon salió del once, pero la gran sorpresa fue la presencia deSamu Delgado, que regresaba a un terreno de juego más de diez meses después de vestir la camiseta de la Cultural por última vez y tras pasar por el infierno que supuso su grave lesión de rodilla.
El conquense, tirado a banda y dejando buenos detalles, se encontró con un partido perfecto para comenzar a encontrar sensaciones y es que desde el primer minuto solo un equipo se mostró sobre el campo. La Cultural dominó a través de un Mario Ortiz imperial, redujo el juego catalán a balones en largo en busca de Uche o Manu Barreiro, pero tardó en inquietar la portería de Dimitrievski con la zaga tarraconense sin la intención de arriesgar lo más mínimo.
La primera vez que lo hizo cerca de la media hora con una subida de Javi Jiménez, la Cultural a punto estuvo de hacérselo pagar con una doble ocasión que ni Rodri, con un remate escorado que detuvo el guardameta visitante ni Emi Buendía, con todo a favor en el rechace, supieron concretar.
Fue la primera de un torrente de oportunidades que desde ahí y hasta el descanso debían haber puesto ya a los locales en clara ventaja en el marcador. Un flagrante error de Rodri a puerta vacía en una jugada ya anulada por fuera de juego, un cabezazo claro de Albizua que se marchaba por poco, un disparo alto de Yeray desde la frontal y hasta dos ocasiones con la Cultural con un jugador más sobre el terreno de juego tras la lesión del citado Javi Jiménez con Señé como protagonista llevaban el partido al descanso con la sensación de que si la portería midiera un metro más por cada lado la goleada sería de escándalo.
El tiempo de descanso llegaba con la sensación de que si los leoneses no eran capaces de hacer un gol pronto, los nervios podrían llegar y si bien una llegada con peligro del Nástic parecía una posibilidad, el empate hubiera sabido poco menos que a derrota y lo cierto es que amagó el inicio de la segunda mitad con hacerlo realidad.
Para comenzar, Yeray veía la amarilla tras cortar un contraataque y los más agoreros comenzaron a pensar ya en qué sería de la Cultural sin él en Oviedo, donde cumplirá ciclo de amonestaciones.
Pero antes había mucho en lo que pensar para que el 0-0 contra el Almería o el Albacete no se volviera a repetir y Rubén de la Barrera movió esta vez el banquillo con media hora por jugarse dando entrada a Guarrotxena por Samu Delgado. La entrada del vasco no fue decisiva en el juego para lo que estaba a punto de ocurrir, pero como una especie de amuleto la Cultural resolvió el partido en los siguientesdoce minutos.
Ante la falta de acierto de los jugadores llamados a tomar esa responsabilidad del gol, apareció la zaga leonesa no solo para cuajar un buen partido en sus labores en las pocas ocasiones que el Nástic atravesó el centro del campo, sino también para resolver el partido en dos acciones en las que también encontró la colaboración de un desacertado Dimitrievski.
Iván González anotaba su primer tanto en Segunda División para abrir el marcador a la salida de un córner con un cabezazo picado que el macedonio no acertaba a despejar pegado al palo haciendo estallar la alegría del Reino.
El gol le dio alas y le quitó presión a la Cultural cuando la grada comenzaba a ponerse nerviosa y a partir de ahí comenzó a encontrar aún más espacios al arriesgar el técnico visitante Rodri quitando al central Perone para introducir a Eddy Silvestre. Jesús Fernández evitaba con una gran intervención el segundo y último disparo del partido del Nástic entre los tres palos y en la jugada siguiente una contra muy bien llevada por Rodri dejaba el balón para Iza dentro del área para que el lateral, tras un recorte, disparara de nuevo al mismo palo del primer gol y Dimitrievski volviera a ser incapaz de despejarla.
Con 2-0 en el marcador por primera vez en toda la temporada absolutamente nadie sintió inquietud porque el resultado corriera peligro y es que el Nástic no encontró los argumentos para rebatirlo. Aridai y Antonio Martínez casi ya con el tiempo cumplido entraron en el campo para ser partícipes desde él del estallido de júbilo que supuso el pitido final.
La Cultural volvió a ganar, sale de la zona de descenso y mira al futuro más próximo desde otra perspectiva. El miedo a ganar a desaparecido y si bien Oviedo la próxima semana no parece el campo más propicio para mantener la racha, la tranquilidad de un resultado invita al optimismo de lo que puede suponer tratar de dar la sorpresa sin presión y sobre todo sabiendo que por el Reino pasará la salvación.