A la hora de analizar los porqués de la mejora en el juego de los leoneses, la primera y más evidente razón es la mejora defensiva del equipo, que le ha llevado a no encajar más de 30 goles en ninguno de los últimos cuatro compromisos ligueros, principal hándicap durante todo el año de un equipo que aún así sigue siendo el segundo más goleado de toda la liga Asobal.
Lo cierto es que si bien en otras ocasiones esa mejora defensiva puede estar más indicada por una mayor intensidad o la llegada de algún jugador en concreto, en el caso del Ademar ha coincidido con la variación del sistema y la apuesta ya definitiva por una defensa 5-1 que a lo largo del año ha dado buenos resultados en momentos puntuales y parece haberse establecido ya de una vez por todas como la opción preferida por el entrenador Dani Gordo para los sesenta minutos de juego.
Ahí, la presencia e intensidad del salmantino Sergio Mellado en el avanzado ha dotado de un ‘plus’ a la fase defensiva del Ademar, en la que Richi Díez también ha dado un paso adelante junto con una mayor presencia en el centro de la zaga. Eso ha permitido a los ademaristas perder ese ‘miedo escénico’ a las canchas rivales logrando dos victorias consecutivas a domicilio, algo que tampoco lograba desde las dos primeras jornadas fuera de casa en Zamora y Gijón.