«A veces la tarde parece de galbana y siesta pero aparecen los perros ladrando», decía Santiago ‘el pastor’ de Argovejo cuando la tarde se le presentaba de siesta y se le convertía de lobos. Algo parecido ocurrió este sábado en el corro de Villanueva de las Manzanas, un pueblo que recibía por primera vez la lucha con cierta galbana, mucho calor y no excesiva gente en las gradas.
¿Tarde de galbana? Pronto avisaron de que no. Ya en ligeros, La Cátedra Ambulante demostró que lo que quita el frío quita el calor o, lo que es lo mismo, que hay que luchar dónde sea, con las armas que pida. Y ya en la primera vuelta avisó enviando al tren de vuelta al triunfador de los últimos días, Jesús el de La Braña. Pero no solo se desembarazó del veterano Jesús, en la siguiente ronda lo hizo con el líder, Florián, impartiendo otra lección de cómo esperar, cuándo atacar y cómo aprovechar la inercia del otro, en una media vuelta que parecía de «un rapaz», por lo ágil.
Pero no estaba todo hecho, por la otra semifinal viajaba Sergio el de Grandoso, al que parece que le gustan los pueblos que ‘debutan’ en el circuito, pues venía de ganar en Cármenes. Venía de una bonita semifinal con un Mondelo que cada día da un paso más, pero Sergio venía ayer poderoso.
Ya está montada la final. El ilustre veterano, el del récord; la joven promesa, el luchador revelación. Javi Oblanca frente a Serio López, el abuelo de la lucha contra el nieto del entrañable Amable.
En estos casos Farruquín siempre apostaba al veterano con la misma frase: «A perro viejo no hay cus cus». Pues se equivocaría. Hubo cus cus y mucha lucha del chaval de Grandoso, una media vuelta fulminante, un tranque de Javi que puso virar a su molino... En fin, ni media caída recibió y una sonrisa tímida pues el chaval tiene mucha más lucha que prepotencia.
Eso sí, avisó: ojo.
Pero no se había acabado ahí la tarde de los perros ladrando y moviendo el árbol de la paz. En medios siempre se ha dicho que no es buen negocio enfrentarse a La Roca al día siguiente de haber perdido. Ayer era ese día y en semifinales el bombo (por ordenador, pero bombo) le emparejó contra David Riaño, El Pistolero Silencioso, ese chaval que llega y parece que no está pero en cuanto te descuidas ya disparó.
Fue un combate en el que no había una Roca, había dos. Lo que hicieron está definido en el diccionario, de poder a poder, hasta que empataron a caída y Moisés se fue a por el combate, sacó, pero El Pistolero Silencioso ya había cargado y a la contra le llevó. Ni un gesto. Ni una sonrisa, hasta en eso se parece a su amigo y maestro.
Le quedaba otro escollo difícil en la final: El Hombre Tranquilo de Valderrueda, el que le amargó sus primeros pasos en ligeros. Pero ya han pasado varios años. Nada más agarrarse Víctor le dio una caída de lucha de calidad, tranque y cuando se quería reponer encadenó una media vuelta. Se quedó mirando. Tal vez una mirada furtiva a Chucho pero después encadenó tres disparos seguidos y variados. Corro para él. Otro más en este peso en el que va a haber mucho que hablar, aunque Moisés sigue siendo una Roca.
En semipesados apareció un viejo fantasma en la presentación: Solo tres luchadores. Ni Rubo, ni Rodri, ni Adrián Fierro... y entre ellos una final a tres que todos sabían que se jugaba en el enfrentamiento entre Tomasuco y Adri Rodríguez. Y aunque lo deseable sería, cómo no, una lucha en varios frentes, como en medios, el combate entre Uco y Adri es de lo que te hace sentir que merece la pena el solazo, la galbana y hasta los perros ladrando. Lo tuvo absolutamente todo en minuto y medio. Saca Adri una cadrilada, parece que le lleva pero surge ese Uco al que hay que dar la maña perfecta (que dice El Ingeniero) y lo convierte en caída para él. No se arruga Adri, se crece.
Extrañamente le saca Tomasuco pero se le escapa el tranque y Adri empata, incluso le da otra media que es una lección de lo difícil que es darle una entera al de La Vecilla, casi a ras de suelo se revuelve, se levanta, se da la vuelta y lo que iba a ser definitivo se queda en peligroso. Y Tomasuco lo remata en un remolino de furia, saca una cadrilada, la aguanta Adri pero insiste, le mete la cadera, aprieta y le lleva.
¿Se acerca la igualdad? No lo sé, Tomasuco es imprevisible, pero se acercan combates para gozar.
Pedro se ‘achopa’ y La nómada antigua vuelve
Se nos ha ido el espacio y Pedro salta a convivir con las chicas y su corro. Un breve espacio pues breves están siendo los combates de Kamikaze Alvarado. Dicen los clásicos que se está «achopando»; es decir, recuerda a aquel Chopo (José Luis Ferreras) dominador en el que las crónicas se limitaban a sumar cuántos segundos tardaba... en todos los combates de la tarde, en ganar el corro.
Lo recordé ayer cuando en la final Pedro le dio la primera caída a David Andrés —ya era un triunfo para Morín II estar ahí y va a estar en más— en menos de cinco segundos y la segunda, parecido. Como había hecho antes. No es de mérito de David, es mérito de Pedro, que asusta en su «achopamiento» y sigue siendo el veterano Caberín quien más guerra le da. Por cierto, saludar en pesados a Borja Pellitero, cadete de Vilecha, que ya se metió entre los cuatro primeros aunque no pudiera con ese Jesús Quiñones que sigue siendo un maestro de la contra.

En femenina, lo más llamativo fue la primera victoria de ‘la nómada antigua’, la judoka cántabra Lucía López-Dóriga que llegó el año pasado «a probar» y se quedó. Yera evidente que iba a ganar corros, como ya hizo el año pasado, y ayer lo hizo muy bien ante una Edi muy espesa, que no supo cómo lucharle o no la dejó. Lucía le ganó la posición, se colocó mucho mejor abajo, le paró todos los intentos y a la contra, la fulminó.
En medios disfrutamos, otra vez más, de un vibrante enfrentamiento entre las dos favoritas:Priscila Martínez y Luzma Carcedo. Luzma es la de siempre, Pris cada día sorprende con algo nuevo y, sobre todo, de luchadora de calidad. Ayer le hizo un cambio de cadera que firmaría cualquier grande de cualquier época.
También interesante es la ‘batalla’ entre la otra Lucía López, la de Prioro, una clásica de la categoría, y Paola, que quiere subir escalones. Ayer se impuso la veteranía.
Y en ligeros, nuevamente Bea y Sandra se repartieron ‘el cocido’. Ayer La Pelirroja de Oro de Cistierna dio un paso más y sí supo remontar a la rocosa luchadora de Valdesogo, algo que se le venía atragantando y así afianza un poco más su liderato. El doblete de los Riaño ponía su primera piedra.