
Que un jugador cambie por completo y acabe decidiendo un partido en balonmano puede ser relativamente habitual. Que lo haga desde la defensa, no tanto. Pero cuando Partizán afronte su largo regreso a Belgrado y piense cómo pudo acabar cediendo hasta el golaveraje de 7 goles en un partido que ganaba en torno al ecuador de la segunda mitad, por sus cabezas pasará como el hombre de sus pesadillas la cara de Sergio Sánchez.
Se agarra el Ademar a Europa en un grupo tremendamente abierto, pues al vencer también el Nexe en Suiza al Kadetten sólo dos puntos separan al primero y el último a falta de dos jornadas, después de imponerse por 29-22 al Partizán, misma diferencia con la que habían caído hace siete días en Serbia.
Acabó siendo la mejor actuación en lo que va de competición europea de los leoneses y, no por casualidad, llegó el día en el que la rotación fue la mejor posible pensando en ganar y no en que había que repartir fuerzas con la vista puesta en la liga. Esta vez Dani Gordo explotó desde el inicio sus mejores piezas (incluso regresó tras su lesión Alberto Martín para ayudar algunos minutos pese a estar lejos del 100%) y estas le regalaron una victoria en un día especial pues era el primer partido tras conocerse que no seguirá el año que viene en León.
Ademar llegó a ganar de 4 en la primera parte a un Partizán que reaccionó y se fue empate al descanso
Dos momentos lo marcaron todo, ambos en la segunda mitad tras una primera donde las dos defensas y porterías marcaban la diferencia. Llegaba a estar en ella hasta cuatro goles arriba (9-5) un Ademar que dejaba 8 minutos sin marcar a su rival y en el que Gonzalo recuperaba la efectividad y el protagonismo que hasta los últimos partidos había sido habitual; pero reaccionaba el Partizán de la mano de los lanzamientos de sus laterales izquierdos (entre Crnoglavac e Ivanov metieron 8 de sus 11 goles de la primera mitad) y las paradas de Trnavac, llegando finalmente con empate al descanso (11-11).
Y entonces, a los dos minutos y medio de la reanudación, hubo una jugada clave. Los árbitros, desconcertantes y desesperantes para ambos equipos, mostraban una exagerada roja (en un fallo de tantos, llegando un punto en el que era complicado saber a quién perjudicaban más) al pivote Micic, que golpeaba en la cara a Lindqvist, dejando a los serbios sin su mejor defensor y una pieza clave en el entramado ofensivo.
Llegaban a ponerse pese a ello dos arriba con el 15-17, que sería su máxima diferencia del encuentro, pero reaccionaba un Ademar que vivía en ataque estático, además de de los goles de Gonzalo, de las individualidades en primera línea de unos soberbios Miñambres y Rodrigo, que parecían los únicos capaz de entrar en la dura defensa serbia con los lanzamientos del primero y las penetraciones del segundo abriendo hueco en ella.
Un gran y efectivo Gonzalo, los tiros de Miñambres y las penetraciones de Rodrigo sostuvieron el ataque estático
Aún así, a 17 minutos del final, llegaba ganando 17-18, en un momento a recordar porque ni volvería a estar por delante ni volvería a ser el mismo partido. Cambiaba Gordo de portero, con visible enfado de Saeid (e injustificado, pues era más mérito de la defensa que suyo la baja cifra de goles rival) y sacaba a Álvaro, pero lo que realmente acababa marcando el encuentro no era esa decisión, sino la de colocar también en ese momento una defensa 5-1 con Sergio Sánchez de avanzado.
Porque la lección que dio a partir de ahí el leonés fue tremenda. Hubo un momento en el que parecía que el Partizán nunca se hubiera enfrentado a esa variante, en el que los errores visitantes se sucedían, Sergio se agigantaba y ni probando a atacar con siete eran capaces de superar una defensa en la que el futuro médico parecía tener mil manos.
Un gol en ocho minutos encajaría el Ademar, que no sólo cerraba su portería, sino que además gracias a ello marcaba goles fáciles, con Sergio robando en ese tramo ¡tres balones!, dos de ellos transformados por él mismo a la contra o de lejos sin portero, y otro por Gonzalo, liderando con ello un parcial de 7-1 que de repente aseguraba prácticamente la victoria con el 24-19 a 10 del final y ponía el foco en el golaveraje.
Un parcial de 7-1 que incluyó 3 robos y dos goles de Sergio puso 5 arriba al Ademar a 10 del final y decidió el triunfo
Con buenos minutos de Rozada en ataque, donde metía un gol y forzaba un penalti, Ademar alcanzaba los seis goles de diferencia (26-20) con un Sergio crecido siendo también protagonista en ataque al meter desde su extremo y lanzar un gran fly a Gonzalo.
Y así, con todos mirando sobre la pista a los siete goles de la ida y 27-22 a dos minutos, Miñambres marcaba los dos últimos goles leoneses (con Sergio forzando una falta en ataque por el medio de ellos), siendo el segundo extraordinario de golpe franco directo estando en pasivo y con sólo un pase a 40 segundos y, tras irse fuera el tiro del Partizán en su último ataque, todavía tenía el central otro tiro muy forzado para ganar el golaveraje que detenía el meta.
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