Es la triste realidad del balonmano nacional en estos momentos, con la superioridad de un equipo intocable salvo milagro que condiciona todo. Así, los dos entrenadores contaron con bajas importantes, repartieron minutos entre los suyos dando protagonismo a los menos habituales y recortando mucho el tiempo de juego de los habituales por muy bien que lo estuvieran haciendo y casi sin mirar el resultado en ningún momento.
Solo así se puede explicar que el mejor jugador de Logroño en la primera parte, un Junior Scott que llegó al descanso con 8 goles, no tuviera un minuto más en el partido o que Dino Slavic, que firmó una gran primera mitad, no volviera a jugar más. Por eso, la clave estuvo en los banquillos, en el acierto de las rotaciones y en la aportación grupal, de donde salió vencedor un Abanca Ademar que asume con valentía el complicarle al menos la vida al Barcelona en la búsqueda de una plaza para la final.La igualdad entre los dos equipos quedó clara desde el inicio, pero sin duda estuvo marcada por las bajas. Si en el Abanca Ademar no estuvieron Mosic ni David Fernández y Mario López apenas pisó la cancha, Miguel Ángel Velasco no contó ni con su portero titular, Sergey Hernández, ni con dos de sus máximos goleadores, Garciandía y Hackbarth.
Era un día de reivindicaciones y en esa faceta brilló por encima del resto un sensacional Junior Scott. El lateral francés destrozó la portería leonesa con 8 goles que fueron los que permitieron llevar una mínima ventaja al descanso al conjunto riojano, que había ido a remolque siempre en esa primera media hora de juego hasta los últimos cinco minutos previos al entretiempo.
Porque el Abanca Ademar también mostró sus armas con Vieyra y Juanjo además de un Marchán que estuvo bien en ataque, pero sigue teniendo un problema en defensa. Y es que era un día para probar, para que Gonzalo asumiera el protagonismo en el extremo zurdo con un gran partido, Casqueiro gozara de muchos minutos, Donlin siguiera sumando tiempo de calidad o Feuchtmann se echase el equipo a la espalda en lo que fueron las claves de la primera parte.
Fueron las claves de una primera parte en la que Slavic supo contener a todos los que no eran Scott en un Logroño con muchos cambios, con Sánchez-Migallón en el extremo, los jóvenes hermanos Cadarso con muchos minutos, oportunidades para Goñi o Edu Ortiz y un Jorge Pérez que, aunque de fue de más a menos, sostuvo la portería riojana sin Sergey.
Igualdad máxima entre las plantillas que se demostraba en el marcador, tras desaprovechar el Abanca Ademar sus opciones de irse por encima de los tres goles y Scott minando poco a poco el hándicap para terminar llevando al descanso a su equipo uno arriba (14-15).
Sin embargo, las rotaciones pusieron un partido nuevo sobre la cancha en la reanudación. Patotski sustituiría a Slavic, Ligetvári haría lo propio con Scott y la mayor cantidad de jugadores con la que contaba Cadenas en su banquillo le terminaría dando el triunfo gestionando a la perfección las rotaciones. Porque Acacio, que tampoco había tenido ni un solo minuto antes, lideró el ataque ademarista a pesar de que Edu Cadarso mantendría la ventaja de los riojanos en torno a los 2 goles.
Tardaría un cuarto de hora el equipo leonés en igualar la contienda gracias a un tanto de Marchán y la aparición de un gran Patotski que terminaría siendo clave. La presencia de Carou junto a Juanjo también se notó en defensa así como la de un Pedro Martínez que dispuso de una gran oportunidad que no terminó de aprovechar en un mal partido en ataque y demasiado intenso en defensa, lo que le terminaría incluso costando la expulsión tras recibir tres exclusiones.
Las rotaciones le sentaron mejor al Abanca Ademar, que liderado por Patotski y Acacio se llevó el partidoCon el 23-22 que ponía Juanjo Fernández en el marcador el Abanca Ademar recuperaba el mando en el partido y ya no lo soltaría más, coincidiendo curiosamente sus mejores minutos y los que les sirvieron para abrir brecha con aquellos en los que jugó en inferioridad durante todo el partido.
Dapiran empató el partido tras un tiempo muerto de Miguel Ángel Velasco en lo que eran ya los minutos decisivos y ahí fue donde estuvo más acertado el Abanca Ademar para llevárselo. Un parcial de 3-0 para los leoneses parecía dejarlo decidido, si bien una doble exclusión para los ademaristas le dio aire a un Logroño que se puso a uno con un siete metros de Balenciaga y que venía de fallar en esa superioridad dos lanzamientos a portería vacía.
Demasiado perdón para un Abanca Ademar que sentenció, no sin sufrimiento tras fallar Feuchtmann el gol que pudo ser definitivo, gracias al desacierto de Ligetvári que sí tuvo Marchán para cerrar la cuenta.
Un triunfo que servía para cerrar con una sonrisa un día que había empezado mal con la derrota de Bidasoa ante Benidorm que complicará mucho el final de temporada en liga para los leoneses en su carrera por Europa. Pero en eso habrá que pensar a partir del domingo, porque ahora tocar luchar contra un imposible e ilusionarse con él. Soñar es gratis, toca disfrutarlo.