03/07/2022
 Actualizado a 03/07/2022
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Acudamos prestos, una vez más, al diccionario de la Real Academia Española. Degenerado: «Dicho de una persona: De condición mental y moral anormal o depravada, acompañada por lo común de peculiares estigmas físicos». Avancemos luego un poco. Degenerar: «Dicho de una persona o de una cosa: Decaer, desdecir, declinar, no corresponder a su primera calidad o a su primitivo valor o estado. Dicho de una persona: Decaer de la antigua nobleza de sus antepasados, no corresponder a las virtudes de sus mayores o a las que ella tuvo en otro tiempo».

‘Degenerado’ es una de esas palabras que retrata más al que la pronuncia que a quien pretende describir. Nos habla de supuestas edades de oro y pasados gloriosos, de cómo el paso del tiempo conlleva un retroceso. A lo largo de la historia ha sido el caballo de batalla de la reacción, de quienes ven cada innovación como un paso atrás. Sirvió para matar, desterrar o subyugar a quienes pensaban o se comportaban de manera diferente. Como quien tira una manzana podrida para evitar que corrompa al resto.

El Tercer Reich, por ejemplo, denominó «Arte degenerado» a toda la creación vanguardista que floreció en Alemania, igual que en el resto de Europa, durante el primer tercio del siglo XX, y lo exhibió y ridiculizó en una exposición para luego destruir muchas de esas obras o, incluso, asesinar a sus artistas mediante ‘eutanasia’. Franz Marc, Otto Dix o Emil Nolde fueron algunas de sus víctimas, lo mismo que la música negra (especialmente, el jazz) o la judía. Resulta curioso contemplar las pinturas de Hitler, artista frustrado, y compararlas con lo que pretendió erradicar

Vuelvo a oír y a leer ‘degenerado’ estos días como argumento en discusiones. De todas las posibles armas dialécticas para criticar algo con lo que no estás de acuerdo utilizas la peor, la que te deja en la cuneta del devenir humano. Porque el ascenso y la caída no son más que espejismos, las dos caras de la misma moneda. La vida se abre paso como sea, y lo que unos ven como decadencia significa el florecimiento para otros. ¿Acaso hubo nobleza en los antepasados? ¿Acaso los mayores fueron siempre virtuosos?

El día en que nadie arrugue la nariz como si estuviese oliendo materia fecal y pronuncie esa palabra ante quienes sólo pretenden seguir su camino sin hacer daño a nadie será el día en que las cosas empiecen a ir regular tirando a mal. Mientras tanto, dejemos que las palabras generen y degeneren sus significados sin darles demasiada importancia.
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