“El objetivo general de esta edición del Curso es analizar «el periodo de la Dictadura Franquista durante la Segunda Guerra Mundial bajo el prisma de tres aspectos en el que España tuvo una gran importancia: la resistencia, la clandestinidad y el espionaje. El año 2025 es relevante para la enseñanza y difusión de este contexto histórico pues se celebran dos efemérides relevantes: se cumplen 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial y 50 años del final de la Dictadura Franquista. Las ponencias que se impartirán se centran en los aspectos más relevantes que configuraron este periodo histórico y que en la actualidad suscitan un renovado interés social».
Así explicaba el profesor de Historia Contemporánea de la ULE, Javier Rodríguez, los contenidos del curso de verano que este lunes comenzó en Cistierna, del que es director desde sus inicios y a cuya inauguración asistieron representantes de la Universidad leonesa y el alcalde de la villa montañesa, Luis Mariano Santos.
Al margen del ‘protocolo’ de inicio ya se pudieron seguir ayer lunes diversas ponencias;y en la jornada de hoy martes sigue su andadura con otras dos iniciales, de Emilio Grandío Seoane y Javier Rodríguez, especialmente interesantes para los leoneses:«La red aliada de San Miguel:15 años de investigación» y «El espionaje en la provincia de León: ‘juego de espías’ entre ingleses, alemanes y españoles», en la que abordarán desde miradas complementarias el espionaje en León y la llamada Red Sanmiguel.
Grandío explico cómo el inicio de sus investigaciones sobre la red Sanmiguel nació de la curiosidad inherente a la condición de historiador. “Llama la atención esta ‘Red Sanmiguel’, con una extensa retícula de informantes para la causa aliada que cubría todo la costa cantábrica, posiblemente la de mayor calado de toda la Segunda Guerra Mundial, tanto por número -alrededor de cien personas se encontraban involucradas- como por objetivos -preparar una invasión aeronaval aliada por el norte de España-”.
Explicó el investigador que ya hace tres lustros que, junto a su colega Javier Rodríguez, “comenzamos a investigar las ramificaciones de este grupo. “Mucha otra gente ha investigado este mismo tema también, porque el conocimiento o es colectivo o no tiene utilidad, y nosotros, por cuestiones profesionales, continuamos recuperando datos sobre la red. Hay que tener en cuenta que un trabajo el de esta estructura iba más allá de su voluntad de echar abajo a Franco del poder o de preparar lo que sería meses más tarde Normandía, va a tener enormes repercusiones al más alto nivel en las relaciones entre los aliados y Franco: hay un antes y un después de ese otoño de 1943. Incluso para sorpresa del propio Winston Churchill tras las acciones posteriores a este hecho”.
Todo este puzle trató de resolver el profesor Grandío. Por su parte, Javier Rodríguez, centró su mirada en la parte de la trama vinculada a León.
Entre los años 1939 y 1945, en medio de la represión de la dictadura, recordó Roderíguez, “el interior peninsular se convirtió durante el conflicto bélico en un marco geográfico donde las estructuras de espionaje de las distintas potencias implicadas en la guerra desarrollaron sus actividades. Su geografía juega un papel nada desdeñable dada la proximidad a la frontera portuguesa y la cercanía a Galicia, Asturias, País Vasco y Madrid. La provincia de León es uno de estos espacios estratégicos que sirve como paradigma del “juego de espías” entre ingleses, alemanes y españoles”.
Y va analizando el también director del curso las diferentes redes de información que, lógicamente, se fueron tejiendo. “Encontramos a guerrilleros y militantes clandestinos (Federación de Guerrillas de León-Galicia), el entramado leonés de la Red San Miguel, el servicio de espionaje inglés en León (SOE, Special Operations Executive]…); los servicios secretos de Falange y los colaboracionistas (el servicio de espionaje alemán en León (Abwehr, servicio de información y de contraespionaje militar]…); el control del wolframio (El Bierzo-Ancares); los preparativos de una intervención inglesa en la Península (León, La Virgen del Camino, Destriana…); las redes de evacuación de refugiados europeos (León, La Bañeza…) y la desnazificación (Operación Safehaven, refugios nazis…)”.
El jefe de la Red, el leonés Lorenzo Sanmiguel, fue abatido en una casa de la calle Condesa de Sagasta
Y en este complejo entramado aparece la Red Sanmiguel, a la que Javier Rodríguez dedicó buena parte de su ponencia. “La Red de espionaje leonesa San Miguel, es un buen ejemplo del “juego de espías” que pudimos desentrañar gracias a la documentación que hemos consultado en el Archivo Nacional Británico (The National Archives, Kew-Londres). El 20 de octubre de 1943 los servicios de inteligencia franquistas desarticulan la red de información británica más importante de todo el norte de España, que tenía como objetivo planificar una intervención militar directa en territorio español. En esa fecha muere en León abatido por la Guardia Civil Lorenzo San Miguel Martínez, el jefe de la red. San Miguel dirigía un centro de espionaje que centralizaba informaciones de Bilbao, Santander, Asturias y Galicia, luego transmitidas a Londres por medio de mensajes cifrados por Manuel Rivero Sanjuán, que ejercía de radiotelegrafista, desde un comercio leonés de material eléctrico ‘La Voz de León’, del que era propietario. La red se empezó a desmantelar desde la fábrica de Trubia en Asturias y la investigación condujo a San Miguel, que fue eliminado en una casa de la capital leonesa, en la calle Condesa de Sagasta”.
Explicó finalmente que esta Red San Miguel “contaba con un notable apoyo financiero y logístico que le proporcionaba la Embajada inglesa, del que no sería ajeno Alexander Easton. El Inglés o El Amigo era un ingeniero escocés que suministraba apoyo logístico a la guerrilla y trabajaba para el servicio secreto inglés desde su casa en El Bierzo”.