No es la primera vez que informamos en estas mismas páginas del crecimiento del sector inmobiliario en la provincia de León, puesto que los datos llevan ya un tiempo aproximándose a los previos a la crisis financiera e inmobiliaria que se desató en el año 2008.
Pero ha sido ahora cuando se han superado aquellos registros de la época de la burbuja. Así se desprende de la Estadística de Transmisiones de Derecho de la Propiedad correspondiente al mes de abril y publicada este jueves por el INE. Concretamente, en la provincia de León se contabilizaron 621 operaciones de compraventa de vivienda, lo que supone un incremento del 66% en comparación con las 374 contabilizadas en el mismo periodo del pasado año. Es además el dato más elevado de la serie histórica, que arranca precisamente en el año 2007, antes de la crisis. En abril de aquel ejercicio se habían vendido 571 viviendas en la provincia de León.
Mientras, si tenemos en cuenta los cuatro primeros meses del año, la evolución también es claramente positiva, aunque no tanto. Los datos reflejan un total de 2.131 transacciones de viviendas, lo que supone un incremento del 36,4% sobre las 1.562 contabilizadas entre enero y abril de 2024. Es además el dato más alto desde 2008, cuando se habían alcanzado las 2.476.
Conviene tener en cuenta además los datos en función de si la vivienda adquirida es nueva o de segunda mano. Durante los cuatro primeros meses del presente año se comercializaron en la provincia 492 inmuebles de nueva construcción y 2.131 que habían tenido anteriormente otros propietarios. Ello supone que un 23% de las viviendas que se venden en León son nuevas. Esto supone un incremento de cinco puntos porcentuales en comparación con el 18% que representaban las viviendas nuevas en el análisis realizado durante los tres primeros meses del año, algo que se puede achacar al despegue que está experimentando el sector de la construcción en zonas como La Lastra.
A la hora de interpretar estos datos, es preciso destacar que la tendencia al alza en este arranque de año llega después de un 2024 que dejaba los mejores datos desde 2008 con una media superior a 14 operaciones cada día, la mitad de las cuales se llevaron a cabo sin necesidad de constituir una hipoteca. Y ello puede achacarse fundamentalmente al cambio de tendencia del euríbor, que es el índice de referencia para fijar los intereses incluidos en la inmensa mayoría de los créditos hipotecarios que se suscriben a tipo variable.
Este indicador –que en su momento llegó incluso a estar en negativo– había emprendido su escalada a mediados del año 2022 debido a las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo para poner freno a la crisis inflacionista, pero aún no llegaba al 1%. Sin embargo, hace poco más de un año superaba ligeramente el 4% y el encarecimiento de las hipotecas hizo que se frenase una tendencia al alza que –sin tener en cuenta el año de la pandemia– había comenzado en 2015 con la recuperación económica tras la crisis financiera e inmobiliaria y gracias también a unos tipos de interés muy bajos y a la poca rentabilidad que daba por tanto el dinero a plazo fijo, lo que hizo que muchos ahorradores volvieran a invertir en ladrillo y contribuyesen a aumentar el parque de viviendas el alquiler.
Y es un escenario que se ha venido recuperando en los últimos tiempos, cuando la inflación está en niveles más moderados y el Banco Central Europeo ha comenzado a rebajar los tipos de interés, lo que ya está teniendo efectos en el euríbor y en las cuotas hipotecarias de los propietarios, además de favorecer la realización de nuevas operaciones de compraventa de vivienda.