Un amplio grupo de vecinos de la comarca ha mostrado su rechazo al proyecto de construcción de una pasarela turística en el estrecho de Bachende, sobre el embalse de Riaño. La iniciativa contempla un puente colgante de 250 metros de longitud apoyado en una estructura anclada a la roca, una escalera metálica de 85 metros y una senda colgante adicional que alcanzaría los 300 metros.
El coste total del proyecto asciende a 3,7 millones de euros y está impulsado por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, con financiación del Fondo Europeo de Transición Justa.
Los vecinos consideran que la pasarela supondría un grave deterioro del principal valor natural de la zona: su paisaje. Señalan que infraestructuras de este tipo "podrían fomentar un turismo masivo que ya está generando efectos indeseados en los pueblos de la montaña, como el encarecimiento de la vivienda y la disminución de población residente durante el año".
También advierten de que el proyecto podría abrir una vía de acceso adicional al valle de Anciles, hasta ahora una zona tranquila y poco transitada, lo que incrementaría la presión humana sobre un entorno especialmente sensible.
Incertidumbre sobre la seguridad y el mantenimiento
El movimiento vecinal plantea dudas sobre quién se responsabilizará de la seguridad de la infraestructura, del mantenimiento futuro y de los posibles accidentes, temiendo que la carga recaiga finalmente sobre los ayuntamientos locales.
Un colectivo diverso, unido en defensa del territorio
Detrás de la oposición se encuentra un grupo heterogéneo de habitantes: comerciantes, hosteleros, ganaderos, investigadores, maestros, abogados y jubilados. Todos coinciden en que no quieren que la comarca se transforme en un “parque temático” destinado únicamente a atraer turistas, a costa del bienestar de quienes viven allí y de la conservación del medio natural.
Los vecinos reivindican inversiones más útiles y sostenibles, centradas en mejorar la calidad de vida en los pueblos de la montaña. Entre las necesidades que consideran prioritarias mencionan servicios sociales para mayores, infraestructuras básicas y una gestión más transparente del Parque Regional.
El movimiento concluye con un mensaje claro: la montaña de Riaño no necesita grandes estructuras turísticas, sino proyectos que protejan a sus habitantes y a sus recursos naturales.